En una jaula de cristal

Siempre he querido escribir un diario, pero con un afán voyeurista. A pesar de ser reservada creo que cuando hay un incendio es bueno echarle un gran chorro de agua, por eso escribo esto como letras arrojadas al viento desde una urna transparente.

jueves, 31 de julio de 2008

A la orilla de la chimenea

Ayer después de mil años estuve en ese lugar. Me senté en la misma mesa, me pedí el mismo trago, pero tú ya no estabas allí y ya no eran las mismas canciones.
Empecé a recordarte de repente, como quien no quiere. Me di cuenta que ha pasado mucho tiempo. Que yo no debería estar escribiendo esto ahora.
Me alegra saber que eres feliz, creo que siempre lo has merecido más que yo. Tú merecías que alguien te amara hasta el infinito y más allá, que quisieran prepararte el café todas las mañanas y lavarte la ropa sucia. Merecías ese tipo de amor, el que ahora de seguro sí tienes. Y yo hubiera querido dártelo. Más que a ninguna otra persona en el mundo yo hubiera querido dártelo a ti: mi amor incondicional, mi corazón y un moñito de regalo en mi cabello que dijera que yo soy toda tuya.
Mi querido principito, me alegra saber que eres feliz y tienes la vida que mereces, casi me siento culpable de poner esto aquí, casi me siento culpable porque yo también soy feliz, pero no puedo evitar un espacio para nuestra nostalgia. Para ti que eres el único hombre un poco yo que he conocido, para ti que en algún lugar fuiste cortado con mi misma tijera.
Ya ves que las cosas han salido como te dije, mientras ahora alguien te prepara el café diligente y te limpia las migajas de la camisa, yo recién ayer, en ese sitio que siempre me hará acordar a ti, he cogido el teléfono y borrado tú número para evitar la tentación de marcarlo uno de estos días y despertar a la chica que duerme a tu lado. Ya ves, mi querido principito, que tú te ibas a olvidar de mi y yo así que pasen cien años siempre tendré una espina con tu nombre. Puedo ponerme cursi y decir… pero eso ya lo dije o lo calle en su momento. No es la primera vez que “el tiempo estimado de arribo” me falla. No es la primera vez que me apena que esa situación pase, pero es una de esas veces en que no me caben los “si hubiera” y solo puedo pensar en que si yo hubiera podido escoger a alguien en esos nuestros momentos no me hubiera temblado el dedo para escogerte a ti (claro, si yo hubiera podido escoger).

miércoles, 30 de julio de 2008

Mi psicoanalista me dijo...

... no intentes hacer las cosas
más oscuras de lo que son.
A veces les pones el color equivocado.
No te haría nada mal
tratar de ver
el vaso
medio lleno
en vez de medio vacío.

Y te repito:
"No hagas las cosas más oscuras de lo que son.
Es más deberías darte cuenta que algunas cosas
nisiquiera son oscuras. Tal vez solo necesitas lentes"

jueves, 24 de julio de 2008

Guía práctica para vivir conmigo

Pequeñas / grandes cosas que realmente me pueden sacar de quicio

La tortura del teléfono

-Si te llamo y no estás o si te llamo y se corta… devuélveme la llamada.

-Si te timbro y tienes saldo: llámame, pues, no seas tacañ@.
La tortura de las respuestas

-Si te hablo por el msn, puedes tomar un minuto para decir: hola, no?
Eso de estoy ocupad@ te llamo después, debería traducirte en un timbrazo en mi fono después.

-Si te mando un e-mail, ¿te tomas un minuto para contestarlo?, igual si te mando un mensaje de texto y tienes saldo.

De cumpleaños y reuniones

-Sí, lo admito, sufro terriblemente si mis amigos se olvidan de mi cumpleaños.

-Sí, lo admito, me tomo a lo personal cuando organizo algo y mis amig@s no van.

…empiezo a creer que soy una inflexible y que vivir conmigo debe ser desesperante.


miércoles, 23 de julio de 2008

Mi texto para mi propio parte

Mi adorado Ernestito se casa (ya era hora de que lo cazaran!). Mi entrañable cazador casado puso el ojo y la bala en la niña más dulce de la tierra. Si era mala mujer hubiera aprendido sus tretas, pero como es buena como el pan, y como Ernestito es como mi hermano escogido por mi en esta vida, entonces Camila es como mi cuñada por elección.
Camila me pide que la ayude a escoger algo sexy para la “honey moon”, yo pienso en los calatos con los que voy a bailar en la despedida que le organizaré. Camila me habla de los aros de oro blanco, yo pienso en que tengo que bajar 10 kilos y conseguir un vestido hermoso para llegar a verme un 1% de lo espectacular que se verá ella ese día. Camila me cuenta de la ceremonia, pienso que deberé hacerme a un lado para que no me caiga el bouquet, aunque Camila me ha confesado que me lo dará (pienso: “mi novio pensará lo que yo no quiero que piense…”, pero bueno, ese no es mi rollo) ...Y entonces dejo de pensar y solo puedo ser feliz por Camila y Ernestito y las manos cruzadas y los besos largos y las historia que ellos siguen escribiendo.
Entonces Camila me pide que yo y mis habilidades lingüísticas la ayudemos a corregir el texto para su parte de matrimonio, y yo pienso que si me caso alguna vez además de decir mis propios votos (y con seguridad tener que agregar algo así como: “habrán días en que quiera matarte pero juro que me aguantaré”), tendré que escribir mi propio texto.
Primero, claro si mis papás o sus papás pagan que sean ellos los que invitan pero si pago yo o él o los dos que hace allí el nombre de los viejos?
A ver como me sale este:
Luego de dos que tres caídas (esto es facultativo, pero seamos sinceros qué pareja no tiene dos que tres caidas?), de uno que otro ataque de histeria (seguramente femenino) y de XXXXX (años, meses o días con sus horas) de haber iniciado esta travesía Sandra y “fulanito de tal” se sacuden los miedos, le hacen ojos ciegos a los divorcios en notarías y firman el papelito, prueba humana y tangible de lo que guardan en sus corazones. Así que para asistir a esta cita con el Sr. Alcalde ponte bonito y ven el XX a las XXX a XXX. Bueno, y no solo firman el papelito sino que se visten de blanco (alguien recuerda haber visto a Sandra de blanco?) para decir las cosas que ya se han dicho a solas frente a un tercero visible, representante de ese tercero invisible que seguro movió hilos para juntarlos (habrá que ver si el otro cree en Dios y en el destino. Aunque claro, para casarme con él tendría sin duda que dejar que yo ponga lo quiera poner en el texto jajaja más engreída). Así que frente a Dios, el cura, el familión y los amigos esta parejita se dará el sí públicamente en la Iglesia XXX, el día XXX, a las XXX. Después de la ceremonia, los esperamos en XXX donde será el fiestón con el Grupo 5 y los Hermanos Yaipen. Habrá buen trago, buena comida y el deseo de que aparezcan en una foto que con suerte le podremos enseñar a nuestros nietos.

Pd. Si pues amigos tanta blancura en este blog es porque verlos felices me conmueve, los quiero! (claro que yo estoy a años luz de querer siquiera poner este texto en una hoja en Word, lo pongo acá pq es mi regalo para ustedes).

viernes, 18 de julio de 2008

La primera vez que me lo pidieron me quedé callada, pensé que se trataba de una broma y me reí a mares. Tú me mirabas sin entender bien mi reacción. Volviste a pedírmelo y yo volví a reírme. ¿Quién te suelta una avalancha así luego de haberse ido? Pensé que me lo decías solo para que volviera contigo y no respondí. Quería decir que sí… pero me quedé callada.
La segunda vez estábamos en un parque, “era idílico”, diría mi amiga Lucía. Sí, era idílico, sino hubiera sido porque estábamos jugando a ser malos y habíamos comprado trago en una bodega y teníamos pensado pegarnos la gran bomba con un grupo amigos en medio de los árboles y las flores. Me dijiste que querías ser bueno para mí y me lo volviste a pedir. Yo me reí de nuevo y te achaque que estabas borracho. Quería decir que sí pero me dio miedo. Ahora que lo pienso nunca he podido decir que sí.
La última vez estábamos en la casa de un amigo en una noche cheese and wine, en realidad nosotros estábamos más wine. Empezamos a bailar, no sé si esto me lo he inventado, pero recuerdo que bailábamos una música muy rara y tú me tirabas para atrás y me recogías. Me miraste a los ojos, te acercaste a mí y me susurraste al oído: “Te he hecho una pregunta muchas veces y nunca me has respondido”. Sabía que se refería a eso y esta vez quise responder que sí de verdad, la tercera es la vencida, dicen. Pero pensé que tal vez él estaba borracho, que no hablaba en serio o que tal vez hablaba demasiado en serio, como cuando recién me conoció y me dijo que me quería y que me fuera a vivir con él. Y yo lo miré y le dije que sí, pero lo dije para adentro, pero lo dije de verdad, y te dije que me lo volvieras a preguntar sin vino de por medio, porque seguro estabas borracho, “pregúntame de nuevo”, te dije y yo te voy a responder. Pero me quedé callada ese día también y nunca más volviste a preguntarlo, menos cuando yo ya había decidido que no tartamudearía para decirte que sí.

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EPÍLOGO
La verdad era que nunca sentí que lo dijeras en serio
Que siempre pensé que no podrías repetirlo todos los días de tu vida
Que era un impulso
Una vez yo te lo pregunté…
me iba a arrodillar
era un juego en serio
… dijiste que no (yo ni siquiera pude decir eso!)
Es verdad le tengo miedo a las palabras
Nunca he dicho te amo (una que otra vez cuando la he cagado tanto que no encontraba otro salvavidas!!!)
Le tengo miedo a las palabras, por eso no las digo, me las guardo, les cambio de sentido.
Prefiero escribir, todo se puede hacer más barroco, la gente solo se queda con lo que suena bonito y se olvidan del fondo o no lo entienden y no preguntan.
No quiero pensar más en las palabras, ni en las respuestas.
(Ah y también me enamoro de las ideas pero le tengo miedo a las acciones, de hecho me quedo eternamente enamorada de las ideas: sí, lo confieso, estoy enamorada de la idea de una relación, pero le tengo miedo; de la idea de un hijo, pero le tengo miedo; de la idea de una boda, pero le tengo miedo; de la idea de volver a vivir sola, pero le tengo miedo; de la idea de irme de nuevo a USA, pero me he vuelto una maldita miedosa, además de muda, además de indecisa, además de jamás haberle podido decir que sí a nada…)

martes, 1 de julio de 2008

Las frases que he querido que leas en mi combi (*)

1) No habré sido la primera pero soy la mejor.
Como que yo también tengo mi lado machista, ¿no?
Bueno, cantaré: “ya lo pasado, pasado…”

2) Tu envidia es mi progreso.
Creo que con esta tengo que citar de nuevo a Kevin Johansen.
“Desde que te perdí la vida me sonríe sin cesar, tengo trabajo y mucha estabilidad”

3) Esa carita solo te la hago poner yo.
Mmm no la tengo que explicar, ¿o sí?

4) Que Dios te dé el doble de lo que tú me deseas.
Siempre me ha gustado esta, a veces hasta he querido gritársela a alguien.

5) Después de mí eres como moneda que va de mano en mano.
Hay hombres que son una moneda de s/.0.10. A veces como ese maldito sencillo que te estorba y otras como esos malditos e infaltables 10 céntimos que necesitas para completar el pasaje.

6) En este carro el amor se paga con amor.
Osea, mismo “Nothing Hill”: “Solo soy una chica pidiéndole a un muchacho que la ame”.

7) Si salió tarde no es culpa del chofer.
Osea… no te desquites conmigo!!!!!!!!

8) Aquí todo es chévere, la música, el carro y el chofer.
Claro yo soy bien chévere (a ver quien se atreve a contradecirme).

9) Bajo, bajo, bajooooooooooo.
…hasta que un día por fin me bajé.

10) Sufres al verme, lloras al recordarme (o su variante “Cómo sufres al verme pasar”)
Esa me hubiera gustado decírtela a ti y que por lo menos alguna vez sea verdad.

11) Avise una cuadra antes de bajar.
Y ojala alguien o algo pudiera avisarte cuando te van a dejar sola manejando el carro.

13) Apurados como tú van a la tumba (o debería decir mejor "no te llevan a ningún lado")

Nada peor que un chico que no tiene ni idea de lo que son los previos ¿Sí o no, chicas?

12) Este carro es tuyo: ¡cuídalo!
Mi amor, esta te la dejo a ti.

13) LAS QUE NO NECESITAN EXPLICACIÓN:

  • En este carro no se aceptan sapos.
  • Yo soy soltera, el casado es mi marido.
  • Mi educación depende de Ud.
  • Soy fiel no insistir.


(*) Para ti que no eres perucho, imagínate un carrito de transporte público pequeño, tipo ambulancia. Imagínate que te trepas corriendo porque necesitas llegar temprano a tu trabajo. Imagínate que la persona que cobra el pasaje (cobrador) abre y cierra la puerta del carrito tipo ambulancia y va gritando la ruta. La gente se sube, se aplasta, se acomoda en ese carrito de dos por medio. Unas se maquillan, otros leen el periódico, hay algunos que cantan una peruanísima cumbia tropical. Todos van como sardinas en lata.
Ahora imagínate que ese carrito pequeño está lleno de stickers, unos pequeños por dentro y tiene una frase grandota afuera. Eso que has imaginado es una combi, ahora imagina que alguna de estas frases (absolutamente verídicas frases de combi) está pegada en la parte de atrás de ese carro y dime si no te da ganas de gritarle alguna de ellas a alguien.