En una jaula de cristal

Siempre he querido escribir un diario, pero con un afán voyeurista. A pesar de ser reservada creo que cuando hay un incendio es bueno echarle un gran chorro de agua, por eso escribo esto como letras arrojadas al viento desde una urna transparente.

lunes, 5 de septiembre de 2011

Melancolía

Hoy me siento un poco triste, no triste sino con saudade, melancolía, flojera, carga en el pecho (no una carga pesada, pero carga). Quizá sea pq el tiempo ha pasado, he cumplido años y los días pasan... Quizá pq toda la mañana he estado escuchando esas canciones del soundtrack de mi vida que me colocan en este estado de como si estuviera chupando sola, llorosa y abandonada en la mesa de un bar privado. Quizá sea pq ando un poco enferma y pq "todo y nada es veneno" y hay pastillas que te hacen bien, otras que te hacen mal y otras que no te hacen (y yo en mi fe ciega hacia los químicos he tomado algunas de esas últimamente, de todas esas). Quiza sea porque me siento un poco abandonada. No sé por quien ni por qué: ¿mi buena salud?, ¿mis ganas?, ¿mi buen humor?, ¿mi bullicio habitual? ¿la computadora que ayer dejó de marchar correctamente? ¿mis zapatos de taco y escotes a causa de este demencial frío? ¿las personas queridas que ya no están? ¿las personas queridas que pudiendo estar han decidido no estar? No sé... Quizá sea porque ayer en medio de una misa familiar lo que iba a ser un testimonio terminó en un llanto demasiado teatral para mi gusto: yo sabía que derramaría mis lagrimills pero de allí a terminar llorando sin casi poder controlarme (es algo que solo me había pasado una vez en velorio de mi abuelo, y es algo difícil y un poco embarazozo: no por el acto mismo de las lágrimos sino por el descontrol). Quizá solo es que tengo demasiado trabajo acumulado y poca voluntad para organizarme. No estoy con pilas. No estoy en mis mejores ánimos. Me extraño un poco estos días, la verdad. Quizá sea pq como para mi la felicidad es no deberle nada a nadie y yo debo muchas cosas (menos dinero) no me es posible estar tranquila.
He decido escribir esto, creo que me aligerará aun más la carga. Apagaré el youtube (lo desapareceré con un click). Y trabajaré lo que me falta. Aún no sé si trabajaré en la noche todoooooooooooo lo que debo terminar (trabajo extra no de mi trabajo, que debo hacer en casa). Pero por lo menos ahora apagaré la música y me pondré las pilas; es lo justo y necesario.

viernes, 2 de septiembre de 2011

El soundtrack de mi vida

Estaba pensando en una novela que he leído ("Clash city loose") que habla de la música, las relaciones y cómo uno asocia a las personas que ama (o ha amado o odia) con canciones y empecé a pensar, a recordar mas bien, las canciones… (yo no soy muy musical, casi o nada musical para ser exacta, soy de esos raros especímenes que podrían vivir en un mundo sin música –música de cds no de sonidos), así que empecé a recordar esas canciones que me han acompañado durante mi vida, esas pocas canciones que aún ahora cuando las escucho tiene nombre propio.


Aquí va el sound track de mi vida:

1) A Will lo recuerdo siempre por la canción de Titanic ("My heart will go on"), que él mismo me dijo que le hacía pensar en mi, y que incluso lo llevó a hablarme de su amor por mi ese 10 de julio de 1999 en un parque de Miraflores, inolvidable. Pero tb hubo otra canción, una que él escuchaba en el bus que lo traía de regreso desde Arequipa hasta la banca de ese parque para volverse mi novio: “En el muelle de San Blas”, aunque no se qué diablos tenía que ver conmigo o con nosotros, a no ser que yo fuera la loca del muelle  (en eso me convertí muchos años después). Lo que sí yo tenía mi propia y especial canción que le hice escuchar a Will mientras comíamos pollo a la brasa en el comedor de mi casa, era una canción de un cd de Gianmarco: “te extraño cuando tú no estás / si contigo peleo en el amor no existen prisioneros / quiero que sepas que en el amor…” (glucosa a la vena, “amor de 15 años”).

2) A VH, el hijo de mi tía Pochita, colega y mejor amiga de mi mamá, que estuvo enamorado de mí casi toda su vida lo recuerdo en mi verano preuniversitario cuando me iba a recoger a la pre, la pre de su universidad por cierto y que hubiera sido mía si yo hubiera entrado. Ese verano VH y yo habíamos empezado a “salir” o algo parecido. Me buscaba, íbamos al cine, veíamos películas ridículas, comíamos algo. Hasta que nos besábamos toda la peli una tarde en un cine, allí descubrí que VH realmente quería algo serio conmigo y que yo definitivamente no quería nada con él (aunque quizá hubiera atracado si hubiera seguido insistiendo). Así que VH me dijo para ser su novia y yo me negué, más que negarme me evadí y dejé de contestar el teléfono de salir con él y empecé a cantar sin darme cuenta la canción que se me había pegado desde que salíamos. “Estoy calvado, estoy herido, estoy ahogándome en un bar….”

3) A mi chico X lo conocí en la universidad y me cambió un poco el mundo. Nunca fue mi novio. Nunca fue mi “pretendiente”. Fue mi amigo, pero mucho más que eso. Fue casi mi hermano, pero los hermanos no hacen lo que nosotros hacíamos a veces y casi siempre con algo de alcohol encima. Mi chico X fue el primer hombre que me tocó: a oscuras, en el baño de un bar en una borrachera universitaria. Y a pesar que durante varios años pasaron muchas cosas entre mi chico X y yo, nunca llegamos a "subir al níspero". Y siempre fuimos buenos amigos (y lo seguimos siendo hasta ahora). Cada vez que lo veía empezaba a sonarme en la cabeza la canción de Amistades Peligrosas: “Me quemas con la punta de tus dedos, tus manos hacen llagas en mi piel, me abrazo a tu lengua que es de fuego, mi sangre hierve no lo ves…”

4) A mi prince charming lo conocí "entre tiempos". Yo estaba con el ex novio del avión, no estaba con el ex novio del avión, amaba al ex novio del avión, quería dejar de amarlo… y allí estaba mi prince charming: hermoso y musical, cantando canciones para mi, enseñandome casi todo lo que he aprendido de rock en español. Coincidíamos en gustos musicales y él me dio muchos discos y me enseñó muchos grupos que hasta ahora escucho con amor (y que siempre me sabrán a él). Cada que escucho la voz de Bunbury es como tener de nuevo la posibilidad de volver a los 20 años y tomar otro camino y decir: “larguémonos, chico, hacia el mar”. O pensar que en realidad él y yo teníamos “la chispa adecuada”. Y así él escribía canciones y yo poemas y cuentos, y así yo me porté como una idiota con él, y así aunque a veces yo le mande mensajes de amor tardíos en este tonto blog , creo que esto tb merece un final de canción: “perdí mi oportunidad no la supe aprovechar….”

5) Al ex novio del avión también lo conocí en la universidad. Que era la universidad en la que él había estudiado hace muchísimos años atrás. Fue a dar un taller a mi clase. Y desde que lo vi dije: “él es el chico que me va a llevar la diablo” (tuvieron que pasar casi 10 años para que entendiera el significado total de esa frase y vaya que me llevo al diablo, vaya que sí). El ex novio del avión me cambió la vida y es bastante responsable de la persona que soy ahora (aunque en el fondo la única responsable sea yo). Hay muchas canciones y muchos cantantes que me saben totalmente a él: me enseñó a escuchar –y a amar- a Sabina, a Pedro Guerra, a Aute, a la música country, y de todos esos cantantes tengo canciones (muchas, miles, que me hacen pensar en él: Contigo, Y sin embargo, La mujer del peluquero, Al Alba…), pero yo tengo una sola, una particular y especial canción con la que yo sufría en mis torturados 20s preguntandome pq él siempre sería de esos hombres que saben irse y volver pero nunca quedarse. “Fotografía” de Juanes, cantada a duo con Nelly Furtado era esa canción. Aún hoy cuando la escucho me da ganas de llorar un poquito por la niña enamorada que yo era y fui por taaaaaaaaaaaaaaanto tiempo, y por lo tan parecido a esta canción que era él, mi adorado tormento.

Fotografía

cada vez que yo me voy
llevo a un lado de mi piel
tu fotografía
para verla cada vez
que tu ausencia me devora entero el corazón
y yo no tengo remedio mas
que amarte

y en la distancia te puedo ver
cuando tus fotos me siento a ver
y en la estrellas tu ojos ver
cuando tus fotos me siento a ver


cada vez que te busco te vas
y cada vez que te llamo no estás
es por eso que debo decir
que tú solo en mis fotos estarás


cuando hay un abismo desnudo
que se pone entre los dos
yo me valgo del recuerdo
así el tono de tu voz
y de nuevo siento enfermo este corazón
que no le queda remedio más
que amarte


y en la distancia......

6) A mi actual lo conocí en el trabajo. Él es el chico más musical que he conocido y tenido a mi lado. Sin embargo aunque trató de que mi educación musical mejore no lo consiguió del todo. Muchos nombres, muchos grupos y total desarmonía. A él no le gusta lo poco de música que a mí me gusta; y para mí son demasiadas cosas que aprender de él… Y a pesar de todo eso no hay una canción ahora que pueda decir que me hace pensar en él así acérrimamente -como en los otros casos-, no hay ninguna que me haga pensar en él hasta el delirio de querer cortarme las venas con galletitas de animales. Pero hay tres, tres canciones para nuestra historia de casi un quinquenio: cuando lo conocí y todo empezó, sin saber mucho de su historia pensé en André Calamaro y “Cuando te conocí” y hasta se lo puse tono en mi celular: “cuando te conocí salías / con un amigo de los pocos que tenías / eras lo mejor de su vida pero fuiste lo mejor de la mía / …cuando te conocí / te reconocí por tus botas / y mientras tomabas tequila / dejamos atrás dos almas rotas”.
Y luego cuando el cabrón novio me hizo lo que yo tb alguna vez hice pero no quería que me hagan y mi dolor era fuerte e incontrolable –por momentos- (pero no demasiado lamentable e imparable) yo escuchaba en el trabajo todos los días como parte de mi desayuno caliente para el alma:

Resistiré

Cuando pierda todas las partidas
cuando duerma con la soledad
cuando se me cierren las salidas
y la noche no me deje en paz.

Cuando tenga miedo del silencio
cuando cueste mantenerse en pie
cuando se rebelen los recuerdos
y me pongan contra la pared.


Resistiré para seguir viviendo
me volveré de hierro
para endurecer la piel
y aunque los vientos de la vida soplen fuerte
como el junco que se dobla
pero siempre sigue en pie.


Resistiré para seguir viviendo
soportaré
los golpes y jamás me rendiré
y aunque los sueños se me rompan en pedazos
resistiré, resistiré.

Cuando el mundo pierda toda magia
cuando mi enemigo sea yo
cuando me apuñale la nostalgia
y no reconozca ni mi voz.

Cuando me amenace la locura
cuando en mi moneda salga cruz
cuando el diablo pase la factura
o si alguna vez me faltas tú.


Resistiré...

Y finalmente, como él siempre ha sido un chico elegante y guapo y lindo y cuando lo conocí siempre vestía de sport elegante (aunque en el trabajo no lo obligaran a hacerlo) y yo me sentía cautivada por su porte y sus sacos, por su porte y sus blazers, por su porte y sus pull overs, y siempre he pensado que se nos ve lindos arregladitos como para ir de boda, no puedo dejar de pensar en él cuando escucho esta canción y ahora que la copio me doy cuenta que la canta una mujer (qué lindo!):

Amarraditos

Vamos amarraditos los dos
espumas y terciopelo
yo con mi recrujir

de almidón
y tú serio y altanero,


La gente nos mira
con envidia por la calle,
murmuran las vecinas,
los amigos y el alcalde.


Dicen que no
se estila ya más
ni mi peinetón, ni
tu pasador...


Dicen que no
se estila ya más
ni mi medallón,
ni tu cinturón;


Yo se que se estilan
mis ojazos y tu orgullo,
cuando vas de mi brazo,
por el sol y sin apuro.


Nos espera nuestro cochero
frente a la Iglesia Mayor
y a trotecito lento
recorremos el paseo...


Tú saludas tocando
el ala de tu sombrero mejor
y yo agito con
donaire mi pañuelo.


No se estila,
yo sé que no se estila
que te pongas para cenar,
jazmines en el ojal,


Desde luego parece un juego,
pero no hay nada mejor
que ser un señor
de aquellos que vieron
mis abuelos.