En una jaula de cristal

Siempre he querido escribir un diario, pero con un afán voyeurista. A pesar de ser reservada creo que cuando hay un incendio es bueno echarle un gran chorro de agua, por eso escribo esto como letras arrojadas al viento desde una urna transparente.

miércoles, 16 de septiembre de 2009

In the mood for love


Quiero ser como la mujer de la película de Wong Kar-Wai y usar más de 40 vestidos chinos, esos de nombre raro. Quiero tener muchos, miles, de todos los colores.
Quiero preparar sopa de fideos. Ayudar a mi novio a escribir una historia de artes marciales.
Quiero ser sagaz y descubrir las cosas (pero sin tener complejo de detective). Quiero tener la sutileza y el encanto de esa mujer, que lo sabe todo pero calla, que no hace un solo escándalo, que es prudente, que espera (pero no como Penélope, sino como un buen boxeador).
Quiero tener ese qipao blanco con flores rosadas grandes y un bolso mediano como ese, con dos asas.
Salir de mi casa con zapatos taco 10 sin temor a estar sola, ni a la lluvia, ni a resbalar y romperme una pierna.
Quiero solucionarle la vida a mi jefe con esa serenidad y buena cara que aquella mujer nunca deja de tener.
Lo demás ya lo tengo: yo nací con ánimo de amar.

jueves, 3 de septiembre de 2009

Harta de todo

Estoy harta de mi trabajo, quisiera tener algún ahorro, no haber gastado toda mi plata en tonterías para poder decir hasta quí nomás, basta, chaito bye bye y mandarlo todo a la mierda. No soporto más. Creo que va a llegar un día (más pronto o más tarde que me harte de alguna de las tonterías habituales que ocurren aquí) y no aguante más y diga muchas gracias por todo, aprecio el apoyo todo este tiempo pero hasta aquí nomás... Creo que ese seria el empuje que necesito para cambiar de vida, para atreverme a hacer otra cosa, pero la verdad me da miedo. Ando en una etapa en la que no me siento buena en nada, absolutamente en nada y cómo carajo voy a conseguir otro trabajo así si no se en donde empezar. Y también, claro, como nos ocurre a muchos en este pinche país tercermundista y en una carrera no-top como la mía, tengo pavor de largarme aquí y quedarme vistiendo santos, haciendo nada y Dios sabe solo por cuánto tiempo.

Tengo una buena propuesta, mi novio dice que debo entregarme a eso, pero la apatía, las pocas ganas y el trabajo que me queda por hacer para poder embarcarme en esto nuevo me parece tan largo, tan lejano, tan poco verdadero. A veces creo que me he convertido en ese tipo de personas que se siente contenta con su mediocridad y luego pienso que qué tendría eso de malo... Porque todo el mundo debe aspirar a ser jodidamente bueno. Yo solo quiero, en este momento, algo de plata y bastante de tranquilidad. Y quiero que me dejen de joder. No es que tenga mucho trabajo, no es que me traten mal, es el cúmulo de cosas sin sentido que se le ocurre a tal o a cual que debo hacer. Son las cosas imposibles que me piden que de verdad a veces me sobrepasan. Y es mis pocas ganas de sentarme en mi hermosa oficina a calentar el asiento. Es también el poco apoyo que siento de mi "equipo". Las pocas ganas, tan o menores que las mías, de la gente que tengo a mi cargo. Solo quiero un mes para dormir, para irme a una playa, para besar y abrasar a mi novio como si fuera un osito de peluche. Y son también mis pocas ganas e iniciativa. Ya no tengo ganas de ser buena (en nada, debo aclarar). Ya no creo que pueda crecer más aquí. Pero a la vez también me da miedo de que dicho esto venga mi jefe y me de una patada en el poto. (¿Por dónde empezaría el día de mañana, entonces?)

Solo quiero descansar y renovarme, pero la verdad no me decido a hacerlo tampoco. Ahora, precisamente ahora solo quiero que corra el reloj y me lleve a la hora de salida, a mi carro, a mi casa, a mi tv y a mi cama, esas son las únicas cosas de las que no estoy harta.



También quiero hablar del sueño. Hace varios meses que no duermo bien. Primero empezó por el viaje de mi novio. Eso me tuvo un poco en jaque. Grité, lloré y patalee como la egoísta más grande del mundo. La diferencia de horarios me hizo estar despierta imperativamente todos los días de 11 a 1 a.m. por un mes. Luego vino la visita de mi prima que se volvió mi roommate por un tiempo, que tenía la mala costumbre de despertarse dos o tres veces en la madrugada haciendo un ruido que terminaba pro despertarme a mi. Y entre eso y lo del trabajo y mis propias complicaciones ayer ha sido el primer día después de mucho tiempo en que he podido dormir bien, largo y tendido. Pero tengo sueño. Tengo sueño de esos que solo se va a pasar luego de un domingo de dormir todo el día. Poner películas bobas y quedarme dormida mientras escucho el sonsonete del televisor y el dvd. Quisiera dormir tantooooooo. Casi tanto como quiero cambiar. He cogido la costumbre de ver películas o series en mi refrigerio y varias veces a mitad de la proyección me he quedado dormida. Es horrible.

Por lo demás tengo nuevas amigas. El viaje de mi novio me ayudó a dejar de ser una isla en el trabajo dos (que a veces es una m a consecuencia de lo cansada y molesta que llego del trabajo 1, y que por momentos es incómodo pq tengo un jefe incompetente), y me ayudó socializar un poco más. Así que conocí gente chévere con quien he estado haciendo cosas chéveres.

Por lo demás tengo una deuda pequeña (pero para mi que no tengo deudas me tiene preocupada), una cena que ofrecer la próxima semana, una matrimonio para el que me he comprado un serio y elegante vestido negro y ahora luego de hacer vomitado todo esto tengo una aparente calma que espero me dure hasta mañana.