En una jaula de cristal

Siempre he querido escribir un diario, pero con un afán voyeurista. A pesar de ser reservada creo que cuando hay un incendio es bueno echarle un gran chorro de agua, por eso escribo esto como letras arrojadas al viento desde una urna transparente.

miércoles, 19 de diciembre de 2007

Los post del pasado

Hubo un tiempo en que escribía mucho. Andaba por venirme a Lima. Andaba con la laptop a todo sitio. Andaba como zombie-sonámbula. El mejor amigo empezaba a dejar de ser el novio y convertirse en el ex, yo tenía creo que fue por esas fechas la pierna y el corazón roto y escribía, escribía y escribía. De ese tiempo guardé unos post que no puse no se porque, pero ahora quiero colgarlos así como quien deja ir el pasado.

17/07/07
Te espero sentada en la esquina de siempre
Ven a buscarme. Estoy aquí en el mismo sitio, con la misma ropa y con las mismas ganas. Ven a buscarme. Si vienes hoy me olvido del tiempo y la distancia, de los viajes, de las infidelidades (mías o tuyas no sé... pero alguien siempre es infiel). Ven a buscarme. Hoy, como ayer, como siempre... Ven a buscarme. Ven a buscarme. Ven a buscarme y me olvido de todo. Me olvido de Ruanda. Me olvido de Nueva York, me olvido de Miami. Ven a buscarme y dejo de escribir el blog. Ven a buscarme y me pinto el cabello de rojo si te da la gana. Ven a buscarme y nunca me vuelvo a poner escotes. Ven a buscarme y nunca vuelvo a coquetear con nadie, me olvido de Will, de mi y de él. Ven a buscarme y me hago un tatuaje con tu nombre.
Ven a buscarme, sé que no me amas -yo tampoco te amo- pero quiero desesperadamente que vengas a buscarme y que pases esta noche conmigo, esta noche nada más.


08/08/07
Medio kilo de personalidad, por favor!!!!
Quisiera que alguien me regalé medio kilo de personalidad, de esa que te hace ir al cine sola, entrar a un bar sin compañía y tomarte una copa o no necesitar de alguien para ir al teatro. Yo nunca he podido hacer nada de eso. Salir igual aunque me hayan plantado, ir sin acompañante a una boda, presentarme en la reunión de ex alumnos sin antes haberme comprado ropa nueva, llegar sola a una fiesta donde solo conozco al anfitrión; nunca he podido hacer nada de eso. Ese es el medio kilo de personalidad que me falta. Puedo no hacer una tragedia griega si se me rompe una uña, perdonar si mi novio de turno coquetea con una chica (porque antes de que él lo haga yo me las cobré todas por adelantado y me quedé con el vuelto), escuchar “El arbolito” si me da la gana a todo volumen y decir que la cancioncilla me gusta sin roches y sin paltas, puedo peinarme con dos colitas, ponerme ropa extravagante y de colores raros si me gusta, pero siempre me he quedado en la puerta del cine cuando he querido entrar sola, pero siempre me he acobardado de llegar sola a una fiesta. He podido irme a lugares rarísimos de viaje con mi mochila y por mi cuenta. He podido tener algún amante prohibido –prohibidísimo- alguna vez. Me han pintado como Dios me trajo al mundo para el regalo de aniversario de mi novio. He hecho toppless miles de veces –y en Lima- pero nunca he podido dejar de llevar un acompañante a una boda, si alguien me ha cancelado nunca he podido seguir con mis planes y salir igual a pesar del chote. Por favor, necesito urgente ese medio kilo de personalidad!!!

5/11/07
Muéve más el piso
Creo que necesito estar sola, he allí el dilema, como estar sola. Nunca en mi vida he estado sola ni siquiera un minuto. A veces quisiera mandar todo a la mierda: dejar de estudiar, de preocuparme por tener un brillante futuro, el trabajo perfecto, la imagen ideal y quisiera decirle adiós a todo. A veces quisiera tener un amante hermoso y malcriado que complaciera todos mis caprichos. Al que no le importara en nada la urbanidad, las cicatrices, los sentimientos y que lo único que quiera sea tirar conmigo todo el día a todas horas en todo momento, sin preocuparse por la hora, los embarazos, las pastillas, el dolor de muelas o alguna otra tonterías. A veces quisiera tener a alguien que sea menos mi amigo, menos mi sombra, menos mi pareja y más mi amante, mi tire, mi salida a comer de los momentos sin tiempo. A veces quisiera tenerlo todo y no sentirme tan inconforme. Quisiera tener mas amigas con las cuales salir a conquistar chicos guapos, volverme a poner pantalones de cuero, pintarme los labios y las uñas de rojo y coquetear con alguien descaradamente, subirme la falda para que me vean las piernas, darle un beso a un desconocido, tirar en el baño de un discoteca, soltarme las trenzas, hacer lo que quiera cuando quiera sin tener a alguien que siempre me recuerde lo que esta bien, lo que se debe hacer. Ahora me siento un poco encerrada en una jaula, ahora si siento que necesito volar un poco porque sino voy a enloquecer más y saldré a la calle y tomaré todas las oportunidades con las dos manos.
Y aunque no vaya a hacer nada de eso porque soy una reverenda mongaza, me divierte escribirlo, pensarlo, soñarlo y decirlo y recibir mails con propuestas locas que tal vez uno de estos días me anime a aceptar, que más puedo decir: MUÉVANME MAS EL PISO QUE UNO DE ESTOS DIAS ME CAIGO.

El difícil camino hacia el “te amo”

Creo que he visto mucha serie gringa, que he conocido mucho gringo, que de tanto andar de acá para allá entre los yunaitets y mi Lima he cogido ese miedo gringo a soltar esas dos palabrejas que solo sirven para estar en las tarjetas, los globitos, los peluches y regalos.
En otros idiomas no existe “te quiero”, en inglés, en francés y sino me equivoco en mi pobre japonés, puedo decir que nadie conoce ese paliativo-diminutivo neutro. Esa palabrita que puedes usar para despistar cuando alguien te suelta esa gran bomba (de amor) y tú no estás dispuesto a hablar -por la razón que sea- y en vez de decir: “gracias” (cual serie de TV gringa) no se te ocurre algo mejor que poner pie en el freno diciendo TQM. Me dicen que el equivalente a “te quiero” en gringo podría ser “I take care of you”. Me hace gracia imaginarme a alguien abriendo su corazón y diciendo “I love you” y tu clavándole un puñal a sangre fría diciéndole: “I take care of you, baby”.
Creo que siempre le he tenido miedo a las palabras, a las palabras de amor, a las palabras de amor para el hombre que amo. No me da miedo decir “te amo”, se lo digo todo el tiempo a mi amigo del cuaderno rojo, a mi amigo X, a mi misma en el espejo (ja!), a Richi… Se lo digo a las personas que amo pero nunca a los hombres que amo. A mi ex novio del avión siempre se lo decía con ese tono de reproche que saben tener las peleas. De la misma manera que una bomba atómica yo decía eso mientras peleábamos con ese tono de “yo te amo por qué siempre tenemos que pelear” o “yo te amo por qué me haces eso”. O a veces servía también en tono de disculpa: “te amo, no sé porque me comporto así”. Sea cual fuera el caso creo que nunca se lo dije porque me haya salido del alma cuando debí decirlo. Pero eso no es lo que me ocupa ni me preocupa ahora. Yo sé -y ustedes saben- que estoy enamorada y que desde que me ocurrió todo esto he querido pensármelo todo, hacer un plan maestro que me salve del sufrimiento y no correr. Pero ahora estoy acá pensando en qué es amar a alguien realmente o en si estar enamorada es lo mismo que amar a alguien. Yo sé que estoy enamorada, pero no se si puedo ir donde el novio y decirle: “oye, yo te amo”, eso es como que muy fuerte, como que exageradamente real y comprometedor. Y quiera saber por qué no puedo. Quisiera saber si lo amo de verdad. Me digo, es muy poco tiempo, no puedes amar a alguien en tan pocas semanas, pero acaso el amor, el amor de verdad, puede medirse en tiempo? Me digo entonces midámoslo en acciones y empiezo a hacer mi lista mental (para tratar de descifrar cuan enamorada estoy) de las cosas que he hecho por él, de todos los mensajes de texto y las llamadas, de las conversaciones que tengo con la gente y de todas las veces en estos últimos meses que he escuchado de todos mis amigos y conocidos la expresión: “se te ve feliz”. Y claro, cómo no se me van a ver feliz, estoy feliz, re feliz. El novio es todo lo que yo siempre había querido, jamás en la vida me había pasado algo así, es como cuando sueñas y te haces un boceto mental de cómo quieres que sea ese alguien sin nombre y de pronto encuentras una versión mejorada y magnificada de ese boceto y está allí y encima te quiere. Cómo no voy a querer al novio que es el plus que le faltaba a mi vida para que todo sea perfecto. Cómo no voy a estar enamorada de él si lo veo y empiezo a sentir maripositas y puedo imaginarme preparándole el desayuno y lustrando sus zapatos. Pero no sé si eso es amarlo. Sé qué es amar a alguien pero no se en qué momento ni cómo se produce. Creo que debe ser algo así como cuando los sexólogos dicen que si dudas de haber tenido un orgasmo es que nunca lo has tenido. Yo no dudo de estar enamorada pero dudo de si lo amo ya o si aún necesito una suma de hechos definitivos que me hagan poder decir que lo amo. Supongo que amas a alguien cuando tienes la certeza de poder repetirlo todos los días y no retractarte y a pesar de que ocurra un culebrón puedes decir lo amo.
Muchas veces he escrito sobre esto en el blog y siempre me hago la misma pregunta sobre qué es amar. Siempre me respondo que no sé que es, no se pueden describir los sentimientos con palabras, pero sé que se sabe cuando están allí y se te presentan de diferentes maneras. Lo que no sé es qué ocurre cuando quieres teorizarlo todo y estás confundida no porque no ames a alguien sino porque sientes tantas cosas que no sabes como clasificarlas. No sé, a mí a veces las cosas me llegan como revelaciones.
Dejaré mi miedo gringo a las palabras, no voy a seguir jugando a esperar a que el novio me diga las cosas primero.
Un día me llegará esta revelación total y –conociéndome como me conozco- sé que guardaré esa certeza para mí y esperaré a que el novio me revele algo primero para allí sí no poner el pie en el freno.
À bout de souffle
Hablamos cosas de amor, nos decimos cosas de amor, utilizamos apelativos de amor pero no usamos palabras de amor para hablar de lo que sentimos y yo que solo sé usar palabras de amor en mi cabeza y yo que no sé procesar la felicidad sino de la misma manera que la tristeza: fumando y caminando nerviosamente. Enséñame cómo debo procesar ser feliz que sólo sé estar conflictuada. Enséñame a procesar las cosas lindas porque las malas ya sé. Enséñame a poder dormir tranquila a tu lado sin que vuelvan a perturbarme los sueños. Enséñame a no enrarecerme y poder darme el lujo de ser una persona normal.
Es mentira, que si me levanto mañana y tú no estás mi vida podría seguir siendo igual; pero es verdad que por lo menos podría decir que ya conozco lo que es la verdadera felicidad.

viernes, 7 de diciembre de 2007

Cuando me enamoro…

me dan ganas de aprender a cocinar

me dan ganas de aprender a tejer, no para hacer roponcitos de bebé -aunque para eso también- sino para pasarme el verano tejiéndote chalinas para el invierno

quiero volverme ama de casa y ser el paradigma del orden; aprender a lavar, planchar y tenerte las camisas de cuadritos listitas con los cuellos bien marcados y olorosos a lavanda

me da ganas de tener un hijo, que se parezca a mí para que lo quieras el doble y de ponerle tu nombre y mi nombre en masculino; aunque ahora último se me da que quiero tener un hijo hombre, para que se parezca a ti y yo me enamore de él instantáneamente (qué hacemos con nuestras ganas de ponerle nuestros nombres a nuestros hijos???, nuestra casa va a ser un caos, sobre todo para las llamadas telefónicas)

quiero aprender a cocinar tu plato favorito con la receta de tu mamá y a tener la mesa con velitas rojas y mantel nuevo

empiezo a escribir tu nombre por todos lados como una letanía

empiezo a vestirme mejor y peor (el domingo en la mañana para que me veas en mi estado natural); a maquillarme los fines de semana; a volver a los zapatos de taco; aunque ahora me gusta ponerme balerinas a ras del suelo para sentirme súper chiquita a tu lado y dejar que me abrases como un oso polar

vuelvo a leer mi libro de 100 sonetos de amor y a ver el último capítulo de “Los años maravillosos”

como más chocolates, como más chifa, más salchipapas… engordo dos kilos

me olvido de todo; aunque ahora trato de no olvidarme de nada y mantener todo en su lugar y darte a ti, el primer lugar

quiero que alguien cuando me vea a tu lado me diga señora

me dan ganas de cargar bebés

me vuelvo telefonoadicta

dejo de viajar y me asiento (aunque sea unos meses)

vuelvo tan ridículo mi blog que ya nadie lo comenta, que ya nadie lo visita (soy conciente de eso pero no voy a pedir perdón ni permiso)

envío mensajes de texto casi posesamente

me vuelvo más amable y más engreídamente insoportable

cuando me enamoro siempre me pasa lo mismo, pero contigo todo es diferente