En una jaula de cristal

Siempre he querido escribir un diario, pero con un afán voyeurista. A pesar de ser reservada creo que cuando hay un incendio es bueno echarle un gran chorro de agua, por eso escribo esto como letras arrojadas al viento desde una urna transparente.

viernes, 31 de agosto de 2018

El reencuentro

Un amigo ha vuelto a mi vida. Me da alegría. Nunca quise que se fuera y siempre lo heché de menos. Fue intenso y raro porque el proceso estuvo precedido de dos sueños. En el primero, nos saludábamos con afecto. En el segundo, yo te decía que quizá solo nos volveríamos a ver cuando pasé algo trágico. Quizá aún tenemos una conexión y eso hizo que soñara aquello.
Lo bueno es que de nuevo ha vuelto a mi vida y eso me alegra mucho, me alegra saber que aún me quiere. Hemos vivido tanto juntos que perderlo para siempre hubiera sido una herida que nunca iba a cerrar.