En una jaula de cristal

Siempre he querido escribir un diario, pero con un afán voyeurista. A pesar de ser reservada creo que cuando hay un incendio es bueno echarle un gran chorro de agua, por eso escribo esto como letras arrojadas al viento desde una urna transparente.

lunes, 30 de junio de 2014

Preguntas

Yo también escribí ese libro para curarme, para sacarme un mal amor de la cabeza, de las entrañas. Un mal amor que me tenía loca, enferma, posesa y que hacía que me doliera el corazón. ¿Y ahora que tengo que hacer para curarme de este buen amor? ¿Escribir otro libro? ¿Hacer una tesis, un planteamiento filosófico? ¿Reconectarme nomás, como quien después de un apagón se acerca al enchupe y hace andar de nuevo el televisor?
¿Cómo hago yo para curarme de este buen amor que se me da va de las manos, del cuerpo, de la cabeza? ¿Cómo hago si pese a que no hemos perdido las ganas de estar juntos no sabemos qué hacer con nosotros mismos?
¿Qué tengo que hacer? ¿Tener un amante? ¿Tener otro cuerpo, otro nombre? ¿Volver a ser la que era cuando empezó toda esta historia?
¿Cómo hago para reenamorarme de ti y seguir siendo yo y que todo siga siendo nuestro? ¿Cómo hago si el amor aún no se ha ido pero se muere, se aleja, se contraria, de dispersa?
¿Hay alguna solución para eso? ¿Tengo acaso que escribir otro libro y sacarte de mi sistema, de mi vida, de mi presente y mi futuro? ¿Me asegurará eso ya no quererte más, ya no extrañarte, ya no llorar cada vez que pienso en dejarte?