En una jaula de cristal

Siempre he querido escribir un diario, pero con un afán voyeurista. A pesar de ser reservada creo que cuando hay un incendio es bueno echarle un gran chorro de agua, por eso escribo esto como letras arrojadas al viento desde una urna transparente.

viernes, 26 de abril de 2013

Todo es un problema...

...o yo soy el problema. Estos están siendo días así, en que siento que todo se complica, que cada cosa que me dicen tiene que ver directamente conmigo como si fuera una bala a alguna parte sensible del cuerpo. No sé si será así, si ese sea el objetivo de las cosas: a veces, en la mayoría de las veces, he podido comprobar que no, que son cosas que yo me figuro, que se me da que por alguna impresión o por algo la gente está molesta conmigo o me dice cosas para fastidiarme. Pero igual siento que es como si las personas a mi alrededor (hablo del trabajo) están buscando la sin razón, están a la caza de lo malo, del problema, y eso me afecta, tengo que ser sincera: me afecta. No me dan ganas de trabajar, pierdo mi buen humor y sufro (¡soy una drama queen!).
Y ahora siento que ando así, que todo me duele, que todo me tiene sensible y un poco tonta. No sé porque quizá yo debería ser más alpinchista, que nada me afecte, porque en verdad la mayoría de las cosas son solo percepciones (pero como decía mi profesor de marketing: "percepciones son realidades"). Y así es entonces que ando esquizofrénica, como la gente que ve cosas que no existen, como fantasmas, y se aterra por eso. Yo estoy en estado nervioso-rabioso por cosas que nisiquiera sé si son verdad y ando en la ansiedad de descubrir si lo son o no. No sé si debería siquiera gastar mi tiempo y mi buena onda preguntándome por estas cosas.Lo más lógico sería estar tranquila. Lo más lógico sería no preguntarme tonterías. trabajar tranquila, vivir tranquila y que cualquier cosa por le estilo no me afecte. Pero a veces soy tan yo que no puedo, a veces no puedo manejarme, a veces a veces... como en esta semana yo me podo en este modo tonto y sufro, sufro como la drama queen que soy.

miércoles, 10 de abril de 2013

Todo pasa...

Si alguien me hubiera dicho hace 10 años (o un poco más) que yo escribiría algo diciendo esto no me lo hubiera creído. Antes no sabía que "todo pasa", que todo se va, más fácil o más difícilmente que como llegó, pero que en algún momento se va. Porque antes, cuando tienes menos de 20 años o cuando tienes 20, todavía se te figura que el amor es para siempre y que aunque termine continua en el tiempo, y que si sufres quizá nunca dejes de sufrir, y que si te enamoras tanto fuego, tanta vaina, tanto invertido, no va a pasar nunca...
No creo que sea que ahora ya he dejado los 20 atrás por más de 10 años, no creo tampoco que sea saber que uno se puede volver a enamorar (mejor y más bonito en algunos casos), creo que hay cosas que a uno tienen que pasarle para saber que pasan en la realidad, que son materializables, concretables, liberadorasssss. A mi me pasó: aprender que hay cosa que quedan atrás, que se van incluso sin que te las propongas. Las heridas cierran, los amores se olvidan, las cosas pasan... Pasan tanto incluso que son solo recuerdos, recuerdos con casi nula emoción, recuerdos muy lejanos.
Yo aprendí: que uno no se muere de amor (ni de decepción), que incluso la persona a la que más quieres en el mundo puede convertirse solamente en una de las páginas de tu libro persona (eso y solamente eso), que tu espacio es tuyo y que es bonito compartirlo con alguien más pero no regalarlo por entero. Yo aprendí que todo pasa, es verdad que las cosas cambian, es verdad que la gente deja huella en uno, pero luego se convierten en gente nada más, gente... como lo puede ser el compañero de trabajo, el chico que te arregla la computadora o el amigo del colegio, gente... Aunque parezca raro o increíble: eso pasa. Y las cosquillas que sentías en el estómago pueden desparecer, el poder que alguien en ejerce en ti puede irse... Y todo eso ahora se ha ido, ha pasado por mi vida, no como si nunca hubiera estado, pero ha pasado, dejándome heridas, huella, cicatrices, tormentas, lágrimas, cosas bonitas también y enseñanzas, pero se ha ido, se fue, ya no me toca... Y creo que sí, que no es porque ya estoy lejos de los 20 años, mi buen y desinteresado amor, mis ganas de entregar la vida a las cosas que creía y amaba (como a una relación largo y tormentosa, perniciosa...), no es por eso, es porque me ha pasado, porque hay cosas, personas y sentimientos y sensaciones que yo pensaba que me acompañarían toda la vida y para siempre y ahora ya no están. No hice nada que se fueran, solo viví (me entregué a la vida) y traté de ser feliz y de pronto todo tomó un equilibrio y todas esas cosas que me hacían pequeños huecos ya no estaban. Y es así entonces que ahora todo me duele menos y muchas cosas las veo como si el vaso estuviera medio lleno, porque ahora sé que hay cosas que se van y cosas que no vale la pena que te duelan. Ahora lo sé porque me paso, creo que a los 20 no hubiera creído que me pasaría así me lo hubieran contado de buena fuente.