En una jaula de cristal

Siempre he querido escribir un diario, pero con un afán voyeurista. A pesar de ser reservada creo que cuando hay un incendio es bueno echarle un gran chorro de agua, por eso escribo esto como letras arrojadas al viento desde una urna transparente.

lunes, 27 de mayo de 2013

El poder curador de la palabra

Siempre le he tenido fe a las palabras. Creo que ellas lo hacen y lo deshacen todo. 
Creo por sobre todo lo terrestre en las palabras, como si fueran los salvavidas de los náufragos. 
Y como escribir es una forma de hablar, creo en el poder sanador de la escritura. 
Creo también que para mi cada vez más escribir me lleva a hablar y hablar a sanarme un poco, a saldar cuentas conmigo y a entenderme, a desenredarme. 
Definitivamente el poder curativo de las palabras existe: yo lo estoy viviendo.
Hablar y hablar todos estos días me ha ayudado a sentirme menos triste, menos sola, menos desamparada. Y me ha ayudado también a sentir el cariño y las acciones de la gente que me ama. Y me ha dado pie para volver a sentir que no importa todo lo que pase hablar es un primer paso para solucionarlo todo.
Hablar me ha hecho tanto bien..., porque aun en las situaciones más difíciles y de la manera más insospechada, cuando peor estás y aun cuando peor lo digas las palabras están allí para ayudarte, porque la gente que te quiere, que realmente te quiere y quiere comprenderte y ayudarte, escarbará en esas palabras torpes para entenderte un poco más y te ayudará.  
Y hoy yo quiero agradecer haberme dado la capacidad de hablar y de escribir, que es otra manera de hablar, porque eso me ha ayudado a curarme un poco; no digo que todo esté resuelto, saneado, enmendado, pero por lo menos mi corazón no anda con tanto peso, por lo menos sé que en el momento en que quiera que alguien este conmigo, las palabras serán mi vehículo para que alguna persona me ayude a cargar el peso de un corazón fracturado. 
Hablar es el primer momento de la autocuración, lo voy comprendiendo más claramente. Hablas te libera y te devuelve un poco de luz y todo lo demás va llegando...

viernes, 24 de mayo de 2013

No quiero

En estos tiempos mis alegrías son pocas: comprar zapatos, blusas, polos o sacos, es lo que más me alegra. Ver a mis amigos, pero tampoco eso me alegra mucho, los pocos y buenos amigos que tengo saben que estoy mal y me lo van a preguntar, me van a dar ánimos, fuerzas, razones, o me van a exigir que hable, que diga cosas o que por lo menos me atienda un poco y arregle las cosas conmigo. Mis pocos y buenos amigos me van a decir teorías sobre pq estoy así: teorías buenas, malas, locas, psicoanalíticas, pastrulas, verdaderas... Todas con algo de verdad, algo de mentira, todas con cosas que no quiero escuchar...
Mis buenos amigos me van a exigir que los vea pq no quiero estar sola, y yo no quiero verlos, no quiero ver a mis buenos y pocos amigos pq verlos me hace sufrir no pq no los quiera, no pq no la pase bien con ellos sino pq son parte de mi conciencia y verlos me hace hablar y yo no quiero hablar. Quiero dormir, quiero ver a gente que no me conoce y pueda creerme feliz y divertida y linda y buena, quiero estar lejos de todos de mis amigos, de mi familia, de mi novio, pq cuando los veo estoy tan molesta que creo que no podré evitar pasarles mi molestia, mi frustración, mi cólera.
Quiero ser inconsciente y solo pasar las cosas, pasar el tiempo, pasarlo todo como las hojas de un libro y las respuestas y la tranquilidad y el reconocimiento que necesito ya vendran y si no vienen igual esto ha de resolverse.
Lastima querer planearlo todo, analizarlo, arreglarlo, sin saber como y sobre todo sin querer pensar, sin querer profundizar, sin querer resolver.
Yo quiero estar sola pero no estar sola.
Quiero dormir pero no quiero dormir.
Quiero que todo el mundo me dé lo que necesito, quiero que la gente me lea como un libro y que me resuelva las cosas, y como eso es imposible entonces me molesto con la gente, aun sabiendo bien que todo eso me lo tengo que dar yo pq sino voy a seguir molesta y frustrada.
Quiero estar ne escenarios que no sean los míos, lugares que no sean los míos, ambientes que no estén contaminados por mi.
A mi se me ha olvidado ser feliz.
Se me ha olvidado luchar por lo que quiero.
Se me ha olvidado amarme un poco más.
Se me ha olvidado aceptar que tengo derecho a estar molesta y dolida y ansiosa.
(Pero se me ha olvidado parar tb, ponerme límites)
A mi se me ha olvidado que me tengo que tener a mi y que eso debe ser valioso.
Se me ha olvidado que no está mal querer más y que no debo conformarme a lo que no quiero pero que eso implica tener el valor para irme de lo que me lastima. Y nada de eso lo puedo hacer.
Yo siento que estoy con la cabeza caliente todo el tiempo, esa es la perfecta descripción de mi. Todo este año me la he pasado diciendo: "estoy con la cabeza caliente, no puedo decidir" y realmente no puedo; porque estoy con la cabeza caliente y necesito tranquilizarme pero no sé cómo tranquilizarme y no sé si quiero tranquilizarme (debo: sí; quiero: no). De repente no quiero tranquilizarme pq llegar a un punto de locura total, de frustración total, me va a llevar a explotar y explotar me va a llevar a hablar y yo necesito hablar, necesito gritar, necesito decir muchas cosas. Pero allí vuelve el problema:
Quiero decir muchas cosas y quiero que la gente solo me escuche pero cuando termine quiero que me digan algo pero nunca me va na decir algo que sea realmente algo importante o exactamente lo que necesito, entonces sufro y me frustro y me deprimo y todo es peor, pero tb es peor que la gente que amo no me diga nada, todo es peor, nada es mejor, nada me hace bien...
Y en medio de todo esto yo ahora solo quiero escribir pq escribir siempre es como decir a una pared. quiero escribir y si eres mi amigo y me lees no me digas nada, no voy a responderte, no me preguntes no voy a decirte nada, me va a molestar, si no me dices nada quiza tb me moleste pero será mejor, no quiero hablarte de mi, no quiero explicarte y decirte todo lo que acabo de escribir que yo nisiquiera entiendo...
Yo quiero para mañana: dormir un poco, por lo menos seguir escribiendo cosas para sentirme mejor, pq siempre te hace sentir mejor escribir cosas y llorar pq creo que necesito llorar bastante. Un buena amiga me dijo, me exigio, que cuando estaba así debía ver a mis amigos, debía decirles algo, y yo quiero decirle aunque no vaya a enterarse que el problema para mi es que decir algo es abrir una puerta que no sé cómo cerrar porque cuando digo materializo las cosas y cuando materializo las cosas me duelen y cuando me duelen me pongo como me estoy poniendo como me pongo ahora y ya no quiero que me duelan más, quiero seguir pretendiendo que no pasa nada de nada o que todo lo que pasa caera por su propio peso. En los últimos años no me he caracterizado por ser muy valiente y esta es mi manera de ejercer mi cobardía, es mi derecho, no quiero pensar, no quiero decir, prefiero que todo se quede así...

lunes, 6 de mayo de 2013

A mis amigos les adeudo la ternura

Pocas cosas en la vida me hacen tan feliz como reunirme con K y J. Una laaaarga semana, el stress de la mala vibra, el dolor de cabeza, la casa empolvada, todo todo puede olvidarse cuando paso una tarde con K y J. Y pocas cosas me han tan feliz como pasar horas riendo, filosofando o viendo una película con ellos. Porque como siempre he dicho los amigos son la familia que tú escoges y K y J son mis hermanos del corazón; y no miento si digo que yo me encontré un poco en esta vida cuando los encontré a ellos. Cuando empezamos a andar por las calles de Miraflores o sentarnos en las bancas del parque a conversar sobre nuestras vidas, a jugar a parar a los carros o a inventar personajes extraños. No miento si digo que mis amigos (K y J, sobre todo) son una de las mejores cosas que tengo en mi vida y son responsables de buena parte de mi felicidad. Porque con ellos siempre puedo ser yo misma, siempre puedo reírme mucho, hacer todos los ridículos del mundo, abrir mi corazón, llorar todo lo que quiera, quejarme, engreírme, robarme la canchita de una banca del cine, pintarme los labios de azul y sé que ellos siempre verán más allá de todo eso o verán el detalle de las cosas, y en ellos siempre tendré, una sonrisa, una mano, una oreja, un postrecito o lo que sea que necesite para hacerle frente a los males de este mundo. Porque con ellos puedo ser mala, tonta, loca y seguir siendo siempre yo misma. Porque mis amigos son parte de lo mejor de mi y sin duda K y J son de los mejores amigos que puede haber en el mundo y nunca encontraré las palabras suficientes para decir que los quiero con todo el corazón.