En una jaula de cristal

Siempre he querido escribir un diario, pero con un afán voyeurista. A pesar de ser reservada creo que cuando hay un incendio es bueno echarle un gran chorro de agua, por eso escribo esto como letras arrojadas al viento desde una urna transparente.

miércoles, 18 de junio de 2008

sube-i-baja

Mi vida es como un pequeño carrusel. Creo que aún no aprendo a no amar el conflicto. Que soy masoquista me dijo alguna vez un doctor muy serio que luego me ofreció una galletita y me dio una receta de pastillas para subir el ánimo.
Mi vida es un espiral. Nunca puedo decir que estoy totalmente en paz, pq cuando lo estoy mi cerebro se inventa algo que lo tiene hiperactivo.
Estoy oyendo mi propia compilación de Silvio, pienso en las cosas que hay que afrontar, en mi miedo al dolor y en mis pocas ganas de hacer algo. Quisiera ser valiente aunque sea para correr, pero no puedo. Estoy pegada a esta silla, a esta máquina, a mi cajetilla de cigarros y a mi dolor, que es un dolor de ahora y un dolor del pasado. Porque todo se parece aunque no se parezca. Porque todo parece ser igual y venir a gritarme a la cara que todas las personas son iguales o que todas las personas que yo escojo siguen los mismos patrones. Pero me digo que no y sigo tejiendo una mantita de a mentiras. Me digo que no y le digo que no a la gente y me convenzo que no de nuevo y sigo llenando mi agenda con citas y visitas y pienso que todo sería más fácil si pudiera correr hacia cualquiera y pedirle que me extirpe la espera como un tumor maligno.
¿Sufro? No es verdad, no lo hago. Solo siento como las ideas bailan en mi cabeza y se dan vueltas y vuelven a mí para castigarme (ideas de antes, de ahora, miedos de siempre, a fin de cuentas). No sufro, me angustia, pienso, pienso demasiado, le doy demasiadas vueltas a todo. Debería no pensar, no conjeturar, no dejarle paso a la ansiedad y las ganas de fumar. Pero aquí estoy, esa no es mi forma de sobrevivir al dolor, esa es mi forma de intensificarlo. Debería querer y poder alejar todo esto. Habría que hacer el intento por lo menos para decir que no puedo.
No es solo por ti, mi amor. De repente te estoy asustando. Piensas que eres tú. "No eres vos soy yo". Yo soy así, una neurótica dramática. Me hago un mundo por todo. No eres tú, aún si pudiera darte mi vida y tú no la aceptaras, me iría pero me haría un mundo. Aún si me dijeras que quieres prepararme café todas las mañanas encontraría un motivo secreto para sufrir. Aunque todo sea felicidad yo encontraría una viga que sacar para tambalear mi torre personal. Así tú estuvieras aquí a mi lado ahora yo encontraría una manera de actualizar el dolor y hacer un drama. Así soy yo pero no quiero ser así, sólo déjame aprender a dejar que el tiempo cure y reordene cosas. Yo también quiero hacer las cosas bien.

martes, 17 de junio de 2008

He fumado más de 200 cigarros. Ya mis amigas me han prohibido fumar en la oficina. 3 trancas, bueno 2 bien dadas, de esas que van con lágrimas y risas, risas y lágrimas. Me he dicho a mi misma que sí, que no, que sí, que no. Quiero que sea sí, en realidad es sí.
Junio siempre ha sido un mes de mierda. El anterior junio me agarro mal. Como un terremoto grado 10, destrucción total. Para este junio soy una Sandra nueva, más fuerte, más centrada, más conciente de que puede existir una tercera opción entre el sí y el no: el “ahora no”.
Quiero decir que ningún mes de junio volverá a cogerme desprevenida, pero eso es como almacenar comida para la guerra, ¿quién sabe cuánto te durarán las provisiones?
Es como si hubiera estado construyendo una casita de naipes pero con uniones de cemento, un poco así debe ser el amor, una casita de naipes con uniones de algún tipo de material, dependiendo de que tan fuerte sea.
He bajado mi dosis de cigarros a uno. Supongo que cerca de mediodía saldré a fumar otro fuera de la oficina (maldito invierno, con ventanas abiertas todo sería posible).
Quiero pensar que te fuiste a la guerra, a un país lejano donde es imposible llamar y no hay correo y quiero pensar que vas a ganar la guerra y volver. Y no quiero pensar más, solo que sí. Que aquí todo es transparente y bueno. Que no me estás engañando terriblemente. Que si vuelves y la guerra se ha perdido yo podré quedarme y que tú querrás que me quede también. Y no quiero pensar más. Porque el futuro no existe, ¿cómo te preocupas por algo intangible?
Sé que tu corazón está conmigo, es lo único que necesito para poder pasar este mes de junio. Este junio de mierda. Eso y tener la esperanza de una cena con perdices el junio que viene (aunque, sé que el destino querrá que sea antes).
Tuya
Novia

jueves, 12 de junio de 2008

Del amor no te mueres, pero el amor si te mata.
Sino por qué ahora tengo una bala en el pecho, una bomba con temporarizador, una resaca de ayer, una coca cola en el escritorio, unas ojeras de dos metros, un miedo de miles de kilómetros, un desgano que me va a durar días, una fuerte convicción de que nunca me he desdicho en tan pocas horas y con tan poca verguenza.
Quiero creer que te amo o que voy a amarte en algún momento así como uno tiene la seguridad de aprender una tabla de aritmética. Quiero creer que yo he crecido un poco y que puedo dejar que el reloj corra sin que me haga agujeros en el alma. Quiero creer que puedo amarte (que aún puedo amar a alguien) o mejor dicho que ya te amo y tú a mi y que nosotros somos más fuertes que cualquier cataclismo. Pero algo me dice que las cosas no serán así. Que tu y yo, nosotros, así en este concepto tan abstracto no somos tan fuertes ni tan vehementes ni somos tan siameses, pero yo quiero creer, creer así como creo en Dios con un soberano acto de fé. Creer en ti y en mi así como creo que existen los milagros, los agujeros negros y la luna. Así quiero creer, como una niñita de colitas y raspones en la rodilla, como una mujer vestida de blanco, como un crucifijo antiguo cuando la fé valía mucho más que ahora. Quiero creer y espero que tú también quieras porque sino todo será en vano. Yo voy a estar bien (sí, ya lo sé, "los únicos que no se reponen de una pena de amor son los suicidas"... y yo estoy tan lejos de eso) pero como siempre, yo tan cobarde, quisiera evitarme todos los trámites del mundo, todo el dolor, quiero decir, pero como siempre también, eso es imposible. Que se pude hacer la vida es así, luego de haber nadado en el mismo río que yo cree y haberme puesto la misma ropa que yo cogí, y no haberme ahogado y no haber muerto de frío sé que ahora eso tampoco pasará, pero espero, hoy como nunca antes lo había hecho espero... espero que esta vez eso no pase (pero aún terminando de escribir esto tengo tanto miedo).


miércoles, 11 de junio de 2008

Gasté todo el dinero que tenía en una llamada kilométrica para confirmar si me engañaban o no, pero esa era una pregunta sin respuesta, que me enseñó –cual letra de canción rosa de Arjona- que una duda puede más que una razón.
Me paré delante de un auto para que la persona que quería no se fuera. Fue una ridiculez en realidad porque mientras lo hacía no podía dejar de ver su cara de odio mientras le decía al taxista que arranque.
Me paré en una puerta para no dejar a alguien salir y lo perseguí una o dos calles.
Me burlé de las 37 llamadas de larga distancia nacional que me hicieron una tarde en la que era feliz en los brazos del “amor de mi vida” y luego yo repetí el plato tanto que alguien no se arrepintió de haber perdido su celular con tal de que yo no lo ubicara.
Lloré también muchas veces y exageré enfermedades (no mías) y terribles problemas luego de haber hecho una escena callejera para poder excusar mis tonterías.
Fumé cigarros como para perder un pulmón mientras caminaba loca e ida por las calles de mi distrito mientras una vez más él faltaba a una cita o llegaba tarde.
Así he sido yo, mi amor. Así he sido muchas veces y así han sido conmigo. Creo que muchas veces me lo merecí. No puedes culparme por tener la absurda idea de que yo hago que la gente deje de quererme. Yo creo que él me quiso alguna vez, que me quiso mucho, pero debo haber sido yo. Así como estoy siendo yo contigo ¿Dejarás de quererme tú también si me porto mal? ¿Me vas a dar chance para aprender a ser buena?
Eres una de las mejores cosas que me ha pasado en la vida.
No, yo ya nunca correría detrás de ti. Era más joven y más tonta. No, eso no significa que no te quiera o que te quiera menos. Es solo que estoy cansada de correr. Estoy cansada de esconderme y de que nadie me encuentre. A veces pienso que solo tú puedes salvarme.
Sí, a veces pienso que te irás también sin que haga falta que un avión te lleve lejos de mi porque no sé no-complicarme, y tú eres bueno y simple y transparente y yo tengo una maestría en causar problemas.
Te quiero, más que te quiero, quizá con esas palabras que nunca digo y que solo he usado para manipular las cosas cuando metía la pata (¿qué otro fin más noble puede existir para justificarse que el amor?) Pero a veces aún pienso que no es que todos sean como “el hombre del gabán” sino que yo hago que todos se vuelvan así conmigo. O tal vez sí todos sean así y entonces a veces veo algo de él en ti y pienso que tal me vas a romper el corazón (de nuevo). No importa si eso ocurre yo ya he aprendido que de amor uno no se muere.