En una jaula de cristal

Siempre he querido escribir un diario, pero con un afán voyeurista. A pesar de ser reservada creo que cuando hay un incendio es bueno echarle un gran chorro de agua, por eso escribo esto como letras arrojadas al viento desde una urna transparente.

jueves, 26 de diciembre de 2013

Decisiones

Ahora que el 2013 prácticamente ha terminado me encuentro en el momento de evaluar y decidir muchas cosas para mi vida. Este se ha convertido en un momento drástico, pero a diferencia de todos los meses anteriores del año, ahora me siento un poco más contenta y animada, no menos empujada a tener que hacerlo, pero sí más animada. Me esperanza el futuro, en este preciso momento, a 6:53 de la tarde del 26 de diciembre, y quizá eso sea bueno, porque me he pasado buena parte del año aterrandome y repentinamente me acaba de atacar un arranque de optimismo que no sé de donde rayos ha salido. Pero eso es bueno.
Este año me he visto obligada a hacer varias pausas en mi vida, a tener que afrontar retos, a volver a mirar la salud y darle atención. Me he visto obligada a parar un poco y mirarme y he tenido que hablar(me) firmemente muchas veces. Y ahora para el año que viene, en este tránsito de cosas que siento que van a pasar, creo que tengo que arreglar la casa, mi propia casa interior, darle atención y belleza, hacerle feng shui, remodelarla, armonizarla y salir al mundo. Siento que tengo que encontrar varios equilibrios, redescubrir varias facetas mías y darles movimiento. Son muchas cosas las que tengo que hacer y tengo la sensación que sea lo que sea que tenga que afrontar lo haré, no me correré.