En una jaula de cristal

Siempre he querido escribir un diario, pero con un afán voyeurista. A pesar de ser reservada creo que cuando hay un incendio es bueno echarle un gran chorro de agua, por eso escribo esto como letras arrojadas al viento desde una urna transparente.

miércoles, 9 de septiembre de 2015

I celebrate myself

Hace dos semanas fue mi cumpleaños, pero no me sentía como si fuera mi cumpleaños. No preparé la gran fiesta. No me preparé con anticipación. No coloqué en el facebook mi cuneta regresiva. No he podido dejar de preguntarme porqué pasó eso. Pienso que estoy cansada, abrumada con el trabajo, pero pienso también que hay algo más: hasta que no tenga totalmente algunos asuntos resueltos, no podré dedicar toda mi energía a otra cosa. Este año he sentido que me han animado a celebrar, yo quería (como nunca) pasar caleta. Claro, pasar caleta yo misma, porque quería que la gente me hiciera fiesta. Este año (como nunca) lo he pasado trabajando (no trabajo el día de mi cumpleaños, por regla general, hace como 10 años). Este años siento el peso de la edad. Sí, me siento más vieja (ni siquiera he querido pensar que también me veo más vieja). He empezado a preocuparme por la creciente de los números, he decidido casi-casu que no volveré a decir mi edad nunca más. No quiero ser  una mujer de X años... Pero bueno, ese rollo que antes veía de manera graciosa en la gente ahora me ha caído con todo su peso. Creo que cuando consiga varias de las cosas que estoy persiguiendo no me preocuparé de la edad, me preocuparé de verme vieja, quizá, pero no de la edad en sí, de los años que corren velozmente como dos ríos bravos.
Llego a los X y me siento bien, con más respuestas, con nuevas preguntas, con algunas esperanzas. Pienso que este puede ser el año en que resuelva mucho de lo que me agobia. Eso me da felicidad, mucha felicidad. También me da felicidad saber que yo eh decidido acomodar las cosas a mi manera. Yo soy la dueña de mi destino, de mi vida, de cómo quiero hacer las cosas, lo demás al diablo. Sí, me siento feliz siendo una mujer de X años, con todo lo que eso implica. No he dejado de angustiarme con algunas cosas, pero no he perdido la sonrisa, he ganado experiencia, amigos y (como en "Ever after high") yo hago mi propio cuento de hadas.