A veces pienso...
... que cada que quiero hablar contigo siempre algo se interpone: el sistema de la red, el teléfono, el ruido de las calles y sencillamente no estás y es como ese antiguo sueño del teléfono, monedas y monedas que ruedan por todos los teléfonos del mundo y una línea que nunca contesta. Sé que soy injusta y que todo lo generalizo a la mala. A veces, como hoy, quiero hablar contigo por nada, solo como si tu voz o el tukutin de la ventana de la Pc fueran un abrazo a larga distancia que me salvara de todos los males del mundo, pero tú no estás aquí y yo estoy sola de nuevo. Y entonces pienso que tal vez sería bueno ir al teléfono y marcar tu número de memoria y me da un miedito tonto que descarga electricidad por la columna y pienso que para mi mala suerte tal vez la red telefónica, el ruido, la interferencia y mi mala suerte personificaría el sueño del teléfono y yo tendría una razón más para seguir haciendo tragedia. Y pienso: "si tan solo pudieras presentirme" y al toque empiezo a sentirme ridiculamente cursi. Pero es verdad, que así como quien no quiere la cosa, de repente, tu me dieras una llamadita de teléfono matutina, como las que ya no me das hace miles de años y las que yo he restringido solo a asuntos prácticos y personales o de días festivos y entonces mientras escribo este post se abre la ventanita en la computadora y yo pienso -y es el pensamiento con el que quiero quedarme- que tal vez las cosas no sean como yo quiero pero son y eso es lo que cuenta.