A la orilla de la chimenea
Ayer después de mil años estuve en ese lugar. Me senté en la misma mesa, me pedí el mismo trago, pero tú ya no estabas allí y ya no eran las mismas canciones.
Empecé a recordarte de repente, como quien no quiere. Me di cuenta que ha pasado mucho tiempo. Que yo no debería estar escribiendo esto ahora.
Me alegra saber que eres feliz, creo que siempre lo has merecido más que yo. Tú merecías que alguien te amara hasta el infinito y más allá, que quisieran prepararte el café todas las mañanas y lavarte la ropa sucia. Merecías ese tipo de amor, el que ahora de seguro sí tienes. Y yo hubiera querido dártelo. Más que a ninguna otra persona en el mundo yo hubiera querido dártelo a ti: mi amor incondicional, mi corazón y un moñito de regalo en mi cabello que dijera que yo soy toda tuya.

Mi querido principito, me alegra saber que eres feliz y tienes la vida que mereces, casi me siento culpable de poner esto aquí, casi me siento culpable porque yo también soy feliz, pero no puedo evitar un espacio para nuestra nostalgia. Para ti que eres el único hombre un poco yo que he conocido, para ti que en algún lugar fuiste cortado con mi misma tijera.
Ya ves que las cosas han salido como te dije, mientras ahora alguien te prepara el café diligente y te limpia las migajas de la camisa, yo recién ayer, en ese sitio que siempre me hará acordar a ti, he cogido el teléfono y borrado tú número para evitar la tentación de marcarlo uno de estos días y despertar a la chica que duerme a tu lado. Ya ves, mi querido principito, que tú te ibas a olvidar de mi y yo así que pasen cien años siempre tendré una espina con tu nombre. Puedo ponerme cursi y decir… pero eso ya lo dije o lo calle en su momento. No es la primera vez que “el tiempo estimado de arribo” me falla. No es la primera vez que me apena que esa situación pase, pero es una de esas veces en que no me caben los “si hubiera” y solo puedo pensar en que si yo hubiera podido escoger a alguien en esos nuestros momentos no me hubiera temblado el dedo para escogerte a ti (claro, si yo hubiera podido escoger).