Carta
Querida Sandra de 20 años:
Después de haber pasado bastante tiempo echándote la culpa de mis líos
amorosos y carencias, hoy quiero abrazarte. Me ha costado mucho darme cuenta de
que ha sido una estupidez culparte. Para la Sandra de 37 años es muy fácil
calificarte como una cojuda. En realidad, la cojuda es ella. No ha sido justa
contigo ni con tu historia, la Sandra de 37 ya ha aprendido algunas lecciones,
y es muy fácil juzgar desde su posición.
Quiero decirte que sé que hiciste lo
mejor que pudiste con las herramientas que tenías. No puedo culparte por ser romántica,
noble y buena, por amar y desear que te amen aunque sea un poco y luchar para
conseguirlo. Muchos años después, en el futuro, vas a aprender que el amor no
es una lucha, pero para eso aún falta bastante. Así que mientras llega ese
momento quiero abrazarte, y también quiero perdonarte, aunque la Sandra de
37 no tiene nada que perdonarte, pero sabe que tú no te has perdonado muchos
errores, así que ahora lo va a hacer por ti.
Te abraza
fuerte
La Sandra de 37 años