13 años puede parecer mucho o muy poco. Si alguien vive solo trece años, nos lamentamos, pensamos que es poco. Si es un criminal que ha cometido actos terribles y solo le dan 13 años, quisiéramos que fuera más.
Hubo una época en que quería sumar años en el amor. Mi falta de experiencia me hacía pensar que si, por fin, lograba cumplir uno o dos años o más con alguien eso me haría más sabia, más vivida, no sé... que me daría cierto plus o cierto prestigio que no tenía.
Hoy a media mañana he caído en cuenta de que he pasado 13 años con alguien. 13 largos años. Para algunos podrían ser cortos. En realidad, casi no lo habría recordado de no ser por la agenda del teléfono. Eso me hace pensar que ha pasado tantísimo tiempo desde que me esforzaba penosamente por llegar a los 4 años con el exnovio del avión y con el que siempre digo que estuve casi 5 años. (No puedo abandonar mi manía de números redondos). Como si 4 años no hubieran bastado para hacernos papilla los dos...
Ahora ya no cuento los años. Ya no me apresuro en ganar tiempo. Incluso, el año pasado me di cuenta de que al celebrar algún aniversario había estado contando un año de menos (Oh! paradojas de la vida).
Cuando estaba en el colegio y las chicas tenían el primer enamorado se estilaba celebrar el primer mes. Mi pregunta para todas mis amigas era: ¿Y qué te regaló para el mes? Cuando tuve mi primer novio me obsesionaba celebrar los meses del aniversario. Aún recuerdo la fecha --> 10 (pero no recuerdo el mes, creo que fue julio).
En estos 13 años casi no he celebrado aniversarios (ni de enamorados ni de matrimonio). Creo que en la vida real, no la de fantasía que tenía en la cabeza, eso no es lo más importante.
Cumplimos 13 años en una relación rara, agradable y hermosa, pero siempre retadora. Tranquila y a veces demasiado tranquila para mi gusto, pero que en lo general me llena el corazón. Resulta hermoso saber que hay alguien que te espera al final del camino, que puede caminar contigo y que puede dejarte ir a recorrer el mundo.
A veces he sido mezquina con mi relación. Otras he sido demasiado feliz. Otras muy engreída. Tantas cosas pueden pasar en trece años... Lo que sí puedo decir con seguridad es que siento un amor inmenso por la persona que me acompaña en la vida, que nadie me conoce mejor que él, que a veces es increíble descubrir cómo alguien puede conocerte más que tú mismo y que se siente lindo cuidar y ser cuidada.
Parece que mi obsesión por los números ha desaparecido. Por lo menos la obsesión.
(En realidad, siendo las 6:54 p. m., me acabo de dar cuenta de que me he confundido y no son 13, sino 14 años).