En una jaula de cristal

Siempre he querido escribir un diario, pero con un afán voyeurista. A pesar de ser reservada creo que cuando hay un incendio es bueno echarle un gran chorro de agua, por eso escribo esto como letras arrojadas al viento desde una urna transparente.

jueves, 22 de diciembre de 2011

Amigos (y epílogo navideño)

Mis afectos están repartidos entre mis miles de amigos del mundo. A los que tengo cerca y veo casi cada fin de semana. Domingo de pelis, comida y buena onda. Los que me recogen del piso cuando me caigo y me acompañan siempre. Esos que entienden mis engreimientos. Mi necesidad de puntualidad y mi cuacriculada idea de los planes y las reuniones y las citas y visitas. Mis amigos de nombre raro, a los que amo y que son como mis hermanos escogidos por mi para esta vida.
Mis afectos también están con Richi, mi amigo con el que me unen varias pasiones: los buenos libros, los bueno espectáculos, la buena comida, los buenos tragos y sobretodo la gente buena. Con el que me doy permiso de ser la engreída snob que no todos pueden ver. Y también compartimos la pasión por nuestra amistad que nos hace pelearnos (como nunca en mi vida he estado peleado con un novio), pelearnos con feeling, con fuerza, con reencuentro incluido, pelearnos así de no hablarnos, de no vernos, de estar ausentes uno del otro por meses.
Y mis afectos están por supuesto en nuestros amigos, los de Richi y los míos, los que conocimos por las calles, por la universidad, con los que en un tiempo fuimos uña y mugre y ahora aunque la vida nos ha separado, aunque a algunos de ellos no los reconozco, nos queda el afecto de esas épocas, el gusto por las historias compartidas y el cariño de siempre, ese cariño que resistentemente se enfrenta a todo, porque cuando alguien te deja una marca, te la deja...
Mi afecto está también en esos amigos que me quieren, que me han ganado a fuerza de esfuerzo, a fuerza de su buena onda, de sus simpatía, de sus atenciones, a mi que soy un ser misántropo y soso, que solo pongo buena cara cuando quiero y que la mayor parte del tiempo no pongo mala cara pero soy suizamente neutral. A todos esos amigos a lo que me gusta ver, con los que me gusta compartir tiempo y momentos especiales, y generalmente a los que acudo en sus búsquedas cuando me necesitan y llamo siempre con mucho amor en ocasiones especiales también les tengo como parte de mis afectos.
A mis amigos "viejitos" de varias edades mayores, que me escriben, que me llaman, con los que  tomo lonche o comparto cartas, e-mails, y pequeños detalles también los llevo en mi corazón, por sus lecciones de vida, por su buena onda para conmigo, porque me hace sentir joven y linda y moderna y chévere e importante y porque sé que soy para ellos una alegría.
A los amigos de los diferentes trabajos les guardo cariño por muchas razones, una de ellas muy importante es pq me hacen sentir que soy menos bruja de lo que soy (o he sido mientras trabajaba con ellos) en realidad. Y me hacen sentir eso pq aun me escriben, me llaman, me convocan para el almuercito de fin de año, para la chocolatada navideña, para alguna reunión y eso me hace sentir feliz, me hace sentir parte de (a mi que soy apátrida de los otros y solo tengo mi patria en mis 4 o 5 amigos cercanos). Ellos y todos los otros amigos donde tengo mis afectos me hacen sentir -como dirián los Testigos de Jehová- que mi patria es el mundo, que mis afectos son grandes, que son fuertes y que están repartidos, repartidos por todos lados con mucha buena onda, con solidarios deseos de bienestar.

Por eso como epílogo mis deseos de Navidad para mis amigos y no amigos, para mis enemigos (si los tuviera, que no los tengo, o si es que ellos me tuvieran a mi por enemiga) es que en estas fiestas tengan mucha tranquilidad, mucho amor, mucha buena onda, muchas sonrisas que recibir y para regalar, mucha salud y mucho éxito (que no es igual al dinero, pero si puede llegar mucho dinero que también llegue) y sobretodo muchos amigos, que estos son la fortaleza de la vida, la familia ampliada, la felicidad.

1 Comentarios:

A la/s 24/12/11 5:15 p.m., Blogger Claudio dijo...

Sandra, me encontré casualmente con tu Blog y me gustó mucho tu forma de escribir. Llega profundamente al alma, hay fuerte dosis de pasión, amor y melancolía. No pude dejar de leerte. Te felicito.

 

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