Y no estabas tú...
La música era hermosa. Yo había llegado con angustia, con dolor en el corazón y miedo en el estómago. Había llegado triste, partida. A los pocos minutos tú apareciste: hermoso y fresco como una lechuga. Yo tenía tanto dolor en el corazón. Te quejaste de mi cara. Yo quería hablar de todo: de todo lo que nunca puedo hablarte, de todo lo que siento y no debería. Tú querías pasarla bien conmigo, me querías, decías que eras feliz y que el único problema era mi cara (larga).
La música era hermosa, yo imaginaba que iba a llorar (y lloré). Tú me miraste, no entendías nada de nada. Estabas a mi lado y yo lloraba como si te hubiera perdido para siempre. Y tú te desesperabas. Y yo lloraba. Y la música era hermosa, hermosísima. Y yo estaba tan sola allí conmigo, y contigo a mi lado, y no estabas tú (como en la canción) aunque apretabas mi mano y dabas un beso en la mejilla. Y la música me abría agujeros en el corazón. Y allí estaba yo sola conmigo misma y con toda esta mierda que no sé cómo superar.
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