En una jaula de cristal

Siempre he querido escribir un diario, pero con un afán voyeurista. A pesar de ser reservada creo que cuando hay un incendio es bueno echarle un gran chorro de agua, por eso escribo esto como letras arrojadas al viento desde una urna transparente.

martes, 25 de mayo de 2010

Miguel, hoy voy a hablarte de mí. Aunque me duela. Aunque hayan cosas que no quiero decir. Aunque hayan puntos que aún no hemos tocado porque es más fácil y conveniente para mí.
Hoy voy a contarte cosas de mi vida que no he dicho antes todas juntas y en las mismas oraciones, en el mismo espacio. Voy a poner en palabras eso que me asusta. Sé que es algo que tengo que hacer.
Quizá me gane un abrazo o una galletita (psicológica) o un tissue (muchos tissues). Quizá me gane una salida, una pastillita mágica, una luz. Quizá solo sume un nuevo dolor, no lo sé. Pero hoy quiero hablarte de mí, lejos de Juancito, Pedrito o Julito. Quiero hablarte de mí en primera persona, como si yo fuera el centro de este universo.
Hoy quiero contarte, Miguel, porque no soy feliz y porque eso depende solo de mí.

2 Comentarios:

A la/s 27/5/10 10:42 p.m., Anonymous Anónimo dijo...

ojalá entienda que se abre un universo en las manos, no?

 
A la/s 28/5/10 3:13 p.m., Anonymous sandra dijo...

sí, a veces se abre y otras es como si se cerrara, entonces empiezan los cigarros, las caminatas en círculos, los dolores de cabeza, las largas horas prendida al teléfono, pero ahora, quiero creer que se abre, quiero creer...

 

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