En una jaula de cristal

Siempre he querido escribir un diario, pero con un afán voyeurista. A pesar de ser reservada creo que cuando hay un incendio es bueno echarle un gran chorro de agua, por eso escribo esto como letras arrojadas al viento desde una urna transparente.

viernes, 23 de abril de 2010




Caminamos por la misma calle de antes, separados y pidiéndole permiso a los pies. Tú tratas de cuidarme de los carros, yo voy distraída. Ya no somos los de antes. Ya no sabemos a donde vamos. Yo solo quiero que me abraces infinitamente, una vez más, como si nada importara, como si el mundo pudiera deternerse allí mismo. Solo quiero que encuentres la manera de volver todo a su lugar. Quiero que tú lo hagas.
Solo quiero volver a ser feliz, contigo o sin ti. Pero ser feliz. Quiero que este mal tiempo acabe. Por lo menos hoy no tuve sueños raros, por lo menos hoy no me siento con ganas de querer demoler la ciudad.

2 Comentarios:

A la/s 23/4/10 1:08 p.m., Anonymous Anónimo dijo...

Siempre llevamos nuestro pequeño gran taladro listo para entrar en obras...

 
A la/s 25/4/10 11:41 p.m., Blogger Sandra Texeira dijo...

siiii, demoler, demoler, demoler...

 

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