En una jaula de cristal

Siempre he querido escribir un diario, pero con un afán voyeurista. A pesar de ser reservada creo que cuando hay un incendio es bueno echarle un gran chorro de agua, por eso escribo esto como letras arrojadas al viento desde una urna transparente.

lunes, 8 de junio de 2009

Fantasmas II

Hoy he hecho un berrinche como niña chiquita que no quiere comer. Siempre puedo tener la justificación de mis fantasmas... es que una vez conocí a alguien que era una mierda y... es que a mi ya me ha pasado que... es que ya no quiero que me duela. Puedo decir eso. De hecho siempre lo digo.
Sufro por adelantado, ya me había dicho eso un chico no tan chico que me hizo sufrir no solo por adelantado sino creo que por varias vidas. En realidad tengo la teoría de que siempre he sufrido yo sola como buena masoquista. Aunque ahora me he vuelto cobarde. Es como si prefiriera saltarme cosas antes de pensar en volver a sufrir. Es como si todos mis fantasmas hicieran un desfile con pancartas con fotos de mi corazón quebrado y tirado al balde de basura. De mi vida como un balde lleno de huecos por donde todo se me escapa.
Él me dice que se merece una oportunidad, que debo dejar de probarlo. Yo no creo que se merezca una oportunidad creo que se merecería otra novia más buena y menos complicada, menos insegura y estúpida. A mi me gustaría darle cuando menos el beneficio de la duda antes de hacer mi berrinche y tirar el plato de sopa y decir no quiero comer, papá, como si tuviera el Electra más grande del mundo.
Yo quisiera no tenerle tanto miedo a los cambios. No morirme de miedo antes de pararme frente a la incógnita de una nueva puerta. Antes era audaz, pero ya no tengo 20 años ni ganas de vivir con todo lo que eso implica. Ahora estoy más vieja y me he vuelto más cauta y el miedo me paraliza y me hace cometer tonterías. Tonterías que me hacen llorar/ lastimar / joder / berrinchear / sufrir / recordar /pelear / recordar...
Supongo que no basta con decir que tengo que crecer. A veces quisiera volver a ser una chiquilla tonta y no saber nada, así se me quebraría el corazón de nuevo y yo seguiría ausente e ingenua creyendo que puedo ser una super woman, que mi amor lo puede todo, que la gente es buena por naturaleza, que los mejores amigos no te traicionan, que alguien que te ama una vez no puede dejar de amarte nunca, que las personas no se limpian el poto con tus sentimientos, que todos hablan claramente como yo, que me van a llamar por teléfono cada vez que dicen que lo harán, que nunca nadie me contagiará su miedo a decir palabras de amor, que cuando te piden matrimonio no van a retractarse, que los celos pueden controlarse, que nunca tendré la necesidad de caminar como una presencia fantasmagórica por la calle, fumando miles de cigarrillos, que no me prenderé de un teléfono público mientras alguien me apaga el celular...
Ya no tengo 20 años y aún tengo los mismos fantasmas que se escribieron hace tiempo en mis hojas en blanco. Aún tengo los mismos fantasmas que no quiero dejar ir. Creo que prefiero convivir con ellos: es mucho más seguro.
Y en el camino quedas tú. ¿Cómo hago para protegerte de mi? ¿Cómo hago para que mi dolor no te alcance? ¿Cómo hago para que mis fantasmas no te pasen facturas invisibles? ¿Voy al psicoanalista? ¿Me hago la tonta y te beso? ¿Pido perdón como un buen hombre? ¿Te hago una promesa silenciosa de no volver a hacer ningún berrinche? ¿Te dejo ir antes de envenenarnos? ¿Compro comida y te arreglo una cena? Sí, compro comida y te arreglo una cena. Es lo único que puedo hacer ahora. No tengo fuerzas para nada más... solo decirte que trataré... trataré... trataré y espero que sigas aquí lo logre o no.

2 Comentarios:

A la/s 10/6/09 10:46 a.m., Anonymous Anónimo dijo...

¡Bienvenida al club!

 
A la/s 19/6/09 3:45 p.m., Blogger Sandra Texeira dijo...

somos!!!!

 

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