Escena teatral
─…Y qué tal, ¿cómo estás?
─Bien, contenta, estresada, planeado la boda…
─Verdad que te casas, ¿cuándo?
─Para finales de marzo, pero aún no tengo iglesia, no quiero
pensar todo el camino que queda por recorrer.
─Me alegra mucho por ti, espero que seas muy feliz.
─¡Gracias!
─(Con sonrisita
nostálgica) Hubiera querido hacerte feliz yo también…
─Me hiciste feliz… (SENTENCIOSA)
cuando me hacías feliz (RISAS)
─Eres la mejor mujer del mundo, no imagino a alguien que no
pueda ser feliz contigo, es solo que yo soy un tonto… (GESTO CURIOSO CON LA CARA)
─(RISAS) No, no
eres un tonto. Es solo que somos totalmente diferentes, para hacerme feliz
tendrías que haber negado muchas cosas de ti mismo y hubieras terminado siendo
miserable. Esa no hubiera sido felicidad para nadie.
─Bueno, sí, somos muy diferentes, pero quiero que sepas… (DA LA IMPRESIÓN DE QUERER DECIR ALGO MUY
IMPORTANTE, SE BALANCEA UN POCO DE ADELANTE HACIA ATRÁS)
─(INTERRUMPIÉNDOLO)
…yo lo sé (CON UNA SONRISA).
─(ACERCÁNOSE U POCO)
Te veo contenta, eso me alegra mucho, de verdad… Has crecido…
─¿Tú crees? Es que ya no tengo 20 años (RISAS) Aún sigo siendo un ser totalmente impráctico para varias
cosas de la vida, todavía no aprendí a cocinar, a planchar (HACIENDO OJITOS)
─Ay, pequeña.
─(DUDANDO EN TOCARLO, PERO, FINALMENTE COLOCÁNDOLE UNA MANO
SOBRE EL HOMBRO) Deberías dejar entrar alguien alguna vez… Dejarla conocer tus
miedos, tus frustraciones, tus angustias, mostrarle todo de ti. Claro, eso te
hará sumamente vulnerable, es como abrirle una ventana a tu corazón para que
alguien pueda verlo, pero no está tan mal. Deberías realmente darle tu corazón
a alguien alguna vez.
─Lo siento… (APENADO)
─¿Por qué? No lo sientas… Tú no podías abrirte a mí porque
yo no era la persona correcta…
─(INTERRUMPIENDO)
…yo hubiera querido…
─(INTERRUMPIENDO)
…o tal vez porque no estabas preparado para hacerlo o tal vez porque no querías
sentirte vulnerable. Y yo, a pesar de haber estado tan loca por ti, nunca pude
abrirme tampoco. A veces podía llegar a decirte muchas cosas íntimas, podía
sacarme el corazón del pecho y dártelo, podía entregarte mucho de mí para que
hicieras lo que quisieras con eso, pero tampoco podía confiarte todo, no podía decirte
que te amaba o que me enloquecías porque siempre sentí que tenía que estarme
cuidando, no sé porque…
─….
─No te sientas mal, así es la vida.
─Fui feliz contigo, ¿sabes? Quisiera realmente que las cosas
hubieran podido haber salido un poco mejor, hubiera querido… no sé, darte algo
más… Tú eres lo mejor que me pasó.
─Sé que lo dices para que suene bonito (CON UNA SONRISA). Lo mejor aún no te ha pasado, te va a pasar
cuando dejes entrar a alguien que también te deje entrar a ti… Cuando no te sea
tan difícil mostrar cosas y te sientas seguro de que alguien te conozca tanto.
─”Perro viejo ya no aprende nuevos trucos”.
─(CON UNA SONRISA)
Yo solo deseo que seas feliz.
─Pequeña (COGIÉNDOLE
LAS MANOS), te quiero, ¿lo sabes, no?
─Lo sé, yo también te quiero…
─¿Puedo darte un abrazo?
─(ACERCÁNDOSE PARA
RECIBIR EL ABRAZO)
***
[Se me acercó y me abrazó. Estuvimos así un momento. Siempre
hay un minuto… un minuto cuando estoy cerca de él que… que me regresa a ese
tiempo, a esos sentimientos, a esos momentos, y me dejé abrazar, y dejé que él
oliera mi cabello, y dejé también que bajara un poco más su mano sobre mi
cintura. Y él no me quería soltar y yo nunca supe cómo soltarme. No me gusta
nada, me ha dejado de atraer todo lo que me gustaba de él en estos años. No me
volvería a ir a la cama con él. No me provoca nada de él, pero aún así sus
abrazos siempre serán abrazos largos].
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