En una jaula de cristal

Siempre he querido escribir un diario, pero con un afán voyeurista. A pesar de ser reservada creo que cuando hay un incendio es bueno echarle un gran chorro de agua, por eso escribo esto como letras arrojadas al viento desde una urna transparente.

martes, 12 de septiembre de 2006

La verdadera belleza, ¿es interior?


Recuerdo a una chica de la universidad, se llamaba Katherine, le decían Kathe. Nosotros, "la gentita rica y linda del salón" la fastidiábamos con Giusepe; bueno, en realidad fastidiábamos a Giusepe con ella. Kathe era fea, realmente fea y sin gracia. Parecía un hombre. No se arreglaba. Y a pesar de no ser gorda ni tener ningún rasgo demasiado hiperbólico; Kathe era fea. Se vestía neutro. Con pantalones y polos de colores oscuros que jamás combinaba bien. Era fea y no se preocupaba por arreglarse ni por sonreír ni por nada. Era fea simplemente... Giusepe era uno de mis mejores amigos, uno de los más guapos del salón, de esos hombres que siempre visten de marca y huelen rico. Kathe era recontra chancona, terminó en el primer puesto de la promoción. Jamás se le conoció un novio ni un amigo ni un amante. Escribía poesía y andaba detrás del profesor coquetón, exitoso, guapo y recién divorciado que al año siguiente empezó a salir conmigo. Recuerdo cómo lo perseguía por toda la universidad con su cuadernito de poemas de un lado para otro. Recuerdo cómo él y yo nos burlábamos de Kathe cuando leíamos sus textos encerrados en su oficina luego de haber hecho todas esas cosas que no están contempladas en la ley universitaria. Recuerdo cómo Kathe hablaba conmigo de vez en cuando como si me admirara en secreto, con un brillo discreto en los ojos que me hacía sospechar que a veces ella quisiera estar en mi lugar. Recuerdo haber visto un amago de triunfo en su mirada cuando el catedrático coquetón empezó a salir con una de sus amigas, una de las bonitas, de ese grupo al que Giusepe había bautizado "el cuartel de Kathe" /el cuartel de las feas/. Fastidiar a Giusepe con Kathe era una broma secreta de nuestro grupo, no sé cuando ni cómo se volvió de dominio público. Al principio eran sólo silbidos discretos que se escuchaban cuando Kathe se paraba de su carpeta. Luego fueron alaridos y aplausos y besos volados de Giusepe. Hasta que un día, luego de una exposición, esa broma discreta e inofensiva empezó a crecer sin querer cuando todos empezaron a gritar los nombres de Giusepe y Kathe, casi como si estuviéramos en un aula escolar, mientras Giusepe decía: “si, pues me gané con Kathe” y gritaba: “mamacita, mamacitaaaa” y yo al compás de “la gentita linda del salón” tamborileaba la carpeta rápidamente gritando “Kathe, Kathe”. Y allí fue cuando la mirada de Kathe me hizo comprender que esa ya no era una broma inofensiva. Esa mirada entre vidriosa, triste y de odio, se clavó en mí mientras decía: “ustedes vienen aquí a estudiar o a qué”. Eso me desbarató por un momento, pero no dejé de gritar y nadie se calló tampoco y el escándalo siguió mientras las palabras se taladraban en los oídos de esa pobre chica. Recordaba eso ahora que bajaba del micro, luego de un almuerzo familiar donde después de cambiarme mil veces tuve que escoger una ropa negrísima para que no se me vean los kilos de más y pensaba: “Bueno, pero al menos yo no soy fea. ¿Qué terrible tragedia debe ser fea, horrible?” y recordaba medio en broma, medio en serio y un poco fuera de contexto, ese libro de Bayli donde el niño terrible esboza una frase magistral: “no hay nada peor que ser gay y ser feo en el Perú”. Y me quedé con la segunda parte de la frase: “no hay nada peor que ser feo, no hay nada peor que se feo”. ¿Y si es verdad? ¿Y si en serio, no hay peor que ser feo? ¿Y si la verdadera belleza no es interior? Ayer me contentaba viendo el Hi5 de mis amigas de colegio y comprobando que no todas han enflaquecido terriblemente y que yo aún “paso piola”, que tal vez todavía entro en el rubro de “buena presencia”; pero, ¿y Kathe?, y mi “querida feita tonta” que de tonta no tiene ni un pelo… Es mentira; son mentira las frases que nos dicen nuestras madres, nuestro libros, nuestros buenos valores. No es verdad que la belleza sea interior, no es verdad que si tú eres feo eres igual que los demás. Pienso en Kathe, en esas cosas horribles que le hicimos en la u., en la mirada de Giusepe mientras hablaba de ella con cierto sentimiento de superioridad, en las veces en que he pasado 30 horas frente al espejo buscando la ropa correcta, el maquillaje preciso y me he tenido que cambiar y recambiar y remaquillar para dejar de sentirme fea, para aspirar a ser como “la gentita linda del salón”, para borrar a la tonta e insegura Kathe que vive en mí. Y escribo esto porque tal vez yo tenga un poco de esa chica, porque tal vez no siempre haya tamborileado las mesas ni salido con hombres guapos y exitosos, porque probablemente en algún rincón de mi memoria del cual no quiero acodarme yo también he sido una Kathe, porque tal vez aún lo soy y sólo utilizo por mientras un disfraz que me permite ser parte del grupito regio, de la mayoría privilegiada, de los que pueden entregar un curriculum con foto. Porque Kathe, de seguro tiene el doble o el triple de personalidad que todos nosotros y por eso va por el mundo feliz sin preocuparse de nada. Y lo más loco es que la vi hace poco, con su misma combinación terrible de ropa, desarreglada, medio hombre, pero flaquísima y alegre, dando vueltas por la universidad porque tal vez empiece a enseñar allí. Y no pude evitar decirle con alegría y sinceridad que se veía bien y de pronto los papeles se invirtieron y yo me sentí más Kathe y más estúpida que nunca y sólo pude pensar en porque maldita sea tengo que ser más feliz cuando me siento más bonita, me silban en la calle, estoy más flaca y todos coquetean conmigo. ¿Por qué maldita sea no podemos ser felices como somos o decidirnos a cambiar pero no mortificarnos más con eso y no hacer sufrir a todas las Kathes de este mundo?

24 Comentarios:

A la/s 14/9/06 1:51 p.m., Blogger Sandra Texeira dijo...

Tienes razón Javier, aunque tampoco me ha costado mucho exorcizarlo, solo queria comentarlo y creo que es verdad lo que dices nos comportabamos estupidamente.Sin embargo creo que la clave esta en ahcer lo que dices ir mas alla del exterior y del interior incluso y ver la esencia.

 
A la/s 14/9/06 4:11 p.m., Anonymous Anónimo dijo...

ESTE COMENTARIO DE GIULIANA ME LLEGÓ POR MAIL, ESTA SUPER INTERESANTE....

Hola, bueno quiero mandar este comentario, que en realidad es mas una opinion,, a proposito de la lectura que hize a la historia, de Kathe, me parecio algo interesante y muy doloroso, entonces me parecio mucho mas immportante aun buscar la definicion exacta de feo o al menos la historia de como nace la palabra. Es interesante saber que cada cultura tiene su propia concepcion en cuanto a lo feo, pero hay realmente algo que nos mueve a todos a decir que algo s feo o bonito?, creo que nuestros condicionamientos desde que nacemos nos hacen mas humanos. Me parecio muy ejercitante la forma de expiar tus culpas, me refiero a escribir, porque en algun punto nos sentimos culpables de las cosas que hicimos. Y mas interesante aun, si revisamos nuestra historia de peruanos, donde tratamos de borrar todo contacto con nuestros antepasados, porque hoy en dia quien quiere parecerse a un Inca, o al menos uq ele digan cholo, creo que no debebmos sentirnos culpables, por haber crecido en un medio donde nuestra concepcion de lo bello es mas parecido a lo blanco, pero sin embargo debemos ser conscientes de nuestra realidad. Pues que decir, solo que siento siento mucha pena porque en algun punto lastimaron a alguien, por estas concepciones, y porque somos incapaces de aceptar todo loque refleja nuestros miedos.

P.S. Sigue escribiendo.

 
A la/s 14/9/06 5:47 p.m., Anonymous Anónimo dijo...

me encantó tu ritmo, la sensación de ritual, de escritora honesta, como cuando uno es joven y es capaz de escribir lo que acaba de vivir durante la noche, apreciando el silencio. comprometido con lo que siente. escribir es un acto de arrepentimiento? en todo caso, un bello acto de arrepentimiento? tu honestidad me ha encantado

 
A la/s 15/9/06 1:28 p.m., Anonymous Anónimo dijo...

era fea, "parecía un hombre". Curiosa observación. A veces es necesario darle un par de vueltitas a las cosas antes de ponerlas en negro sobre blanco (en blanco sobre negro en el caso de tu blog). Felicitaciones.

 
A la/s 16/9/06 9:25 a.m., Blogger Hatoq dijo...

Eso, "ver la esencia". Cuando puedas posteanos unas fotos tuyas y de Kathe, pero del interior, del "alma". Tengo curiosidad por conocer más a esa "fea" que escribía poemas y ahora enseña. ¿Literatura? Me da como ternura.

 
A la/s 17/9/06 6:09 a.m., Blogger Unknown dijo...

Hola Sandra imagino a Kathe, asumiendo desde niña la realidad estética, el cuerpo y el rostro que le tocaron por naturaleza, por el componente genético, ya de niña se sumergía en el estudio y en los libros, poesía, filosofía, y quien sabe que más-.Siempre que se preguntaba el por qué de tal suceso o fenómeno, siempre encontraba la respuesta, la tenía en los libros, los libros eran sus amigos y nunca le fallaban, puso todo su capacidad en el estudio y en la observación de la naturaleza, se dijo a si misma que estaba viva y que vivía en un planeta hermoso, llegó a comprender las ideologías y los caracteres de las personalidades que la rodeaban, podía hacer un análisis de cada una de las personalidades que la juzgaba y que la señalaba con el dedo, agarrada al conocimiento pudo ver también el futuro de cada uno de los enemigos del amor al hermano y a la hermana, a la persona, al sujeto, al hombre, al ser...Pudo ver todo eso por el conocimiento, y el conocimiento alimentaba su espíritu de tal forma que era feliz contemplando un pájaro en una fuente, o viendo el resurgir de la primavera, ella al igual que la belleza podía meterse en el mar y bañarse con sus aguas y nadar y caminar dentro del mundo que había creado para ella, Grecia, poesía, arte, exposiciones, música, con todos sus conocimientos podría hablar con cualquiera y como en la vida hay tanta diversidad hay hombres bellos que encuentran la belleza en un ser como Kathe, yo conozco un caso, cerca de mi un joven hermoso se casó con una chica poco agraciada desde el punto de vista de las lindas, pero sin proponérselo esta Kathe tiene dos hijas bellísimas con el príncipe de sus sueños-.Así que el mundo estético de la influencia de la televisión y de todas sus propuestas de éxito en la vida por el marketing del poder y del dinero, están muy alejadas de un ser como
Kathe, que amó el conocimiento, y el conocimiento la amo a ella-¡Que más podía pedir!-¡Yo no pediría nada más, y me sentiría dichoso!
Un saludo muy cordial estamos a un click!

 
A la/s 17/9/06 10:05 a.m., Blogger Carlos Negrón dijo...

Pienso que evidencia un problema tu escrito, pero en uno de mis poemas escribí un verso que tengo como norma de vida: "cada cual se ahoga en su propio vaso"... Por ello, espero que logres encontrar pronto las respuestas que ansías, y encontrar en la simpleza de lo cotidiano, la verdadera felicidad.

Paz

 
A la/s 17/9/06 11:19 a.m., Blogger Martín Zúñiga dijo...

Bena!!! -fracesita de cinco letras usadas cuando oyes o lees un buen chiste-. Haciendo un parenstesis, me paso algo curioso, acabdo de poner tu blog en El Blog de la Semana
y me empezaron a llover los comentarios al mail y uno rapidismo al post en el blog. COsas que sucede? Cerrando parentesis. El tema se propone largo. Lo de hacer una Historia de lo Feo en las diferentes culturas es tambien un mate de risa Texeira, no me lo vas a negar. Que por qué, pues porque la máxima de los sofistas, nunca bien entendidos y siempre vilipendeados, era que la belleza exterior es reflejo del alma. Por cierto, se te quedo en el tintero -aunque se puede lee entre líneas- cual era el verdeadero carácter de K. Porque la esencia no es más que la suma de las características de un objeto cualquiera. Bueno, lo repito, tema largo para paseo entre la neblina. Un abrazo Texeira.

 
A la/s 18/9/06 10:31 a.m., Anonymous Anónimo dijo...

Yo siempre me sentiré mal de haber maltratado a alguien en el colegio. Sin embargo, las "lindas" que me acompañaban a molestar a esta persona, hoy me parecen personas horribles en el interior. ¡Ojalá que yo no me vuelva como ellas, insoportablemente adecuadas y estúpidas. Insensibles, correctas y venenosas.

 
A la/s 18/9/06 11:25 a.m., Blogger Dulcinea dijo...

Hola, bueno he leído atentamente el post y ciertamente estoy de acuerdo con la opinión de Javier. Sin embargo, tan real comola vida misma es el hecho de que una persona por ser simoplemente guapa, tiene ya más de la mitad del camino recorrido. Es una injusticia pero así es, en este mundo triunfan los guapos, muchas veces en vez de los listos. ¿injusto, no? Pero...así es este mundo loco, una putada¡

 
A la/s 19/9/06 11:17 a.m., Blogger Martín Zúñiga dijo...

DULCINEA, perdon por gritar, dulcinea. No, no es así. Los guapos sufrimos más, en serio.

 
A la/s 4/10/06 11:30 a.m., Anonymous Anónimo dijo...

Buena en primera persona.

 
A la/s 9/10/06 5:04 p.m., Anonymous Anónimo dijo...

Creo que cada uno vive en su mundo, comprendo a kathe porque yo vivi algo parecido en el cole, la verdad es que yo mismo me sentia mal por tener la cara que tengo, pero al tiempo descubri, en la universidad, que no hay vuelta que darle, la forma es eterea, pero, en todo caso depende de la percepcion de cada uno...


Piero

 
A la/s 13/10/06 7:16 p.m., Anonymous Anónimo dijo...

Hola Sandra yo soy un Kathe, asumiendo en el principio de mi adolescencia mi condicion estetica a duros golpes con la realidad. Siempre que me pregunto el por qué de tal suceso o fenómeno, siempre encuentro la respuesta, la tenía en los libros, los libros son mis amigos y nunca me fallaban: claro, no hacen nada, son cosas, en todo caso, pensamientos de gente que vivio hace años y que vio un mundo distinto al que veo, gente que en verdad valia la pena (en el caso de los clasicos, claro esta), gente de la que carece el mundo. Puse toda mi capacidad en el estudio y en la observación de la vida, me dije a mi mismo que estaba vivo y que vivía en un planeta hermoso, llegue a comprender las ideologías y los caracteres de las personalidades que la rodeaban, el por que de sus acciones, he llegado a entender que no hay personas malas, sino tontas, puedo hacer un análisis de cada una de las personalidades que me juzgaban y señalan con el dedo, agarrado al conocimiento pudo ver también el futuro de cada uno de los enemigos del amor al hermano y a la hermana, a la persona, al sujeto, al hombre, al ser... He llegado a ver lo lindo que es el mundo. Sabes cual es el problema?
El problema es que quisiera poder estar con alguien. Me hace falta. Veo que amigos mios salen y se hacen amigas increibles y terminan poniendose de novios... y son felices. La verdad puedo decir que soy feliz solo cuando veo las cosas antes enunciadas sin estarme acordando -por alguna razon- de mi condicion en todo lo demas. Nunca ninguna me quiso, todas siempre me vieron feo. Imaginense lo triste que es entender al amor, sentirlo y querer derramarlo y no poder por un simple hecho del que no soy responsable en lo mas minimo. Me hace falta encontrar a alguien... pero que pasa? No les intereso por razones evidentes. A eso sumemosle mi introversion (que esperaban que fuera sino introvertido? afuera nadie me quiere, y si me quiere, no me entiende, pero el gran problema es que yo si a ellos, y me gustaria compartir cosas con muchas, pero no puedo), mi sensibilidad, mis buenos modales, todo lo que sea, mi respeto y amor a la mujer... Nada pareciera valer. Lo triste es que no los puedo odiar, porque los entiendo... Te imaginaras lo bien que me siento... Lo interesante es que no me odia nadie, nadie me apunta (de los que me conocen claro) porque soy bueno con ellos, porque los trato con respeto, porque los ayudo sin cuestionar en que, porque me dejo pisotear (y claro se dan cuenta de lo que hicieron y nunca mas lo hacen... pero igual)...
En que me converti? En un melancolico, en un romantico frustrado. Lo mas triste es que busque el amor donde no tenia que hacerlo, y me termine enamorando (consecutivamente) de dos amigas que conozco de donde?: de internet. Si bien yo las quise con toda mi alma y les di todo de mi, todo termino mal, y la verdad mi situacion actual (va, mi vida) es en verdad frustrante. La razon es mi unica amiga, pero la verdad es que no me da mas... Esa es mi vida, este soy yo, otro Kate que vaga por un mundo que ama, lleno de seres que le parecen hermosos en cuanto sentido se los contemple, pero que no corresponden.
Ese soy yo.

 
A la/s 18/10/06 4:09 p.m., Blogger Sandra Texeira dijo...

Querido anónimo:
Gracias a este post me he dado cuenta que temas como la belleza y la fealdad siempre están en el tapete y son más polémicos de lo que yo pensaba.
Me apena de verdad lo que has escrito. Debe ser dificil no sentirse cómodo en su propia piel. Siempre he creido que ante la belleza y la fealdad uno debe tomar una actitud (sentirse feo o bello influye bastante en como te ve la gente).
Qué más puedo decirte... Creo que la belleza fisica y la belleza interior son dos cosas diferentes. Es verdad que algunos aprecian a la gente solo por su belleza fisica. Otros lo hacen por la belleza interior y otros, supongo que las más de las gentes, toman en cuenta ambas.
Lo que si podría decirte es que la actitud que uno toma frente a uno mismo trasciende.. así como tu te sientes y así como crees que te ves... te ve y te recibe la gente.
Yo he amado y AMADO en mayúsculas a chicos feos (bueno a uno), he rechazado a uno que otro feo tambi
én y te aseguro que en los dos casos no era solo el físico lo que me motivaba. Que es lindo ser y sentirse bello, sí, es verdad para que lo voy a negar. Y que los bellos a veces la pasan mejor... sí, claro que si, en muchas cosas debe irles mejor. Pero supongo que igual pasa con otro tipo de clasificaciones como la gente "profunda" y la gente superficial; los brutos y los inteligentes; los gays y los heterosexuales... mil y un temas para discutir y para sentirnos bien o mal según sea el caso.
Gracias por leer el blog y pro escribir, querido anónimo.

 
A la/s 20/10/06 10:52 a.m., Anonymous Anónimo dijo...

Sabes cual es el problema de nuevo?
Que, como dije antes, entiendo que es lo que pasa, entiendo por que pasa, pero aun asi... sigo solo. Como bien dije antes, la razon no es la mejor de las amigas en ciertos momentos de la vida...
Quieres que sea mas autocompasivo?
No tengo idea como actuar como algo que no soy -lindo-, entonces la verdad es que se me complica bastante el resultarle atractivo a alguien.
Sinceramente de que me sirve ser profundo si me lleva a sufrir mas por lo que la profundidad me hace captar?
Nos guste o no para el amor siempre existe el componente fisico, cuanto mas facil me seria la vida si el cuerpo solo fuera carne sin valor alguno...
Y si, es complicado vivir en una carne que uno detesta, pero como dije, uno es tambien esa carne, y ahi es donde radica el problema. No se me acepta por lo que soy, y es por eso que, como muchos, simplemente me amargo buscando que me quieran como soy...
Que acaso estoy hecho para ser celibe? Que acaso se piensan que soy una especie de ser etereo del saber? Yo tambien soy una persona... triste y marchita, contradictoria y llena de amargura, pero persona en fin.
Lo unico que estoy reclamando aca es justicia, lo que me merezco: Nada mas.

 
A la/s 20/10/06 3:48 p.m., Blogger Sandra Texeira dijo...

Puede sonar super trillado, querido anonimo
pero lo cierto es que si tu no te quieres
nadie mas te va a querer
esa es la verdad de las cosas
si tu no empiezas a aceptarte un poco
como quieres que una mujer se fije en ti y se sienta segura si tu no te sientes seguro de ti mismo?
es verdad que en una relacion existe el componente fisico pero no es lo unico que importa
que rayos haria yo con un tipo guapisimo si no puedo cruzar con el ni una sola palabra
si cuando le hablo de un poema de pizarnik me va a decir que con que salsa se como eso....
Conoceras casos de gente fea que esta emparejada con personas guapisimas... eso prueba que la belleza no es lo unico importante.
Entiendo que quieras justicia, todos queremos un poco de justicia para todo; pero como puede apreciarte la gente si tu no te aprecias?
Ademas siendo bien sincera, la verdad es que hay muy poca gente horrible... Otra cosa es que si de veras te sientes tan inconforme con lo que eres entonces cambialo!!!, no te gusta tu cuerpo ve al gimnasio, no te gusta tu cara ve donde un estilista y hasta un corte de pelo, no te gusta tu estatura ve donde un modisto y dile que te recomiende la ropa que te haga ver mas alto, para todo hay una solucion en esta vida y si no si te es tan dificil vivir contigo mismo existen cirugias.
Y si nada de eso te diga utiliza tu inteligencia y tu profundidad para conquistar a un mujer. Acuerdate de Yoko Ono que cazo a uno de los hombres mas deseados dle planeta y no era ninguna belleza. Yo creo que tu asunto es mas de actitud que de verdadera belleza.
Querido anonimo, depremiendonos o filosofando no ganamos nada, a veces hay que atreverse a cambiar!!!! (como dice le reclame ese)

 
A la/s 21/10/06 10:55 p.m., Anonymous Anónimo dijo...

El otro dia, uno particularmente depresivo por las razones que antes enuncie, me tope con esto:

"Hay un hecho notable. Las grandes desgracias de la historia, guerras, hambres, epidemias, no dejan ningún lugar al aburrimiento. En cualquier peligro que se esté, en cualquier agobio que se sufra, todas las energías están movilizadas para vencer la adversidad. Sin tener que preguntarse nada, cada uno conoce claramente el fin de su acción y la razón de su esfuerzo. El porvenir asedia al presente. En esa terrible urgencia casi se olvida que se vive, de tanto vivir ardientemente.
Aparece así que vivir no llega a ser problema más que cuando ya no es problemático vivir. Sólo cuando se está liberado de las necesidades de la vida uno se descubre dominado por lo que la vida tiene de contingente: entonces aparece el aburrimiento. ¿Qué hacer de la vida, cuando el vivir ya no depende más que de uno mismo?
Es Nicolás Grimaldi el que nos ayuda a encuadrar con estas palabras las consideraciones que quiero presentar a continuación. Un poco más adelante, en su trabajo titulado “Ennui et modernicé” (“Cahiers de la société ligérienne de Philosophie”, Tours, 1978, pp. 42-43), nos dice que “en su Histoire de France, Michelet sitúa hacia finales del siglo XV el primer ataque de aburrimiento, y que todas las biografías de los duques de Borgoña nos muestran cómo rompen imprevisiblemente sus placeres y sus reuniones para recluirse extrañamente en la melancolía”.
Y todavía añade que, unos siglos después, ya en el XIX, “a pesar de la cautivante exhortación del señor Guizot (Primer Ministro) a enriquecerse, de todas partes iba a elevarse hacia (el rey) Luis-Felipe (de Orleáns) una insistente y punzante voz que, finalmente, acabaría por destronarle: Sire, la France s'ennuie. “Señor, Francia se aburre” (p. 45).
Estas pinceladas dibujan, incipiente pero clara y profundamente, algunos de los rasgos característicos de una enfermedad que es tanto más seria cuanto que no lo parece: el aburrimiento.

Cuando en la vida ya no hay problemas, es la vida misma la que se convierte en problema: ¿Qué hacer hoy? Tenemos, está a nuestra disposición, algo decisivo -el tiempo- que no queremos o no sabemos usar. Ahora bien, como el tiempo pasa, de hecho, no usarlo es un dispendio, una forma de “exceso” existencial. Por eso, tradicionalmente el aburrimiento se considera enfermedad de rico. Es Montesquieu el que nos lo dice: “Todos los príncipes se aburren: prueba de ello, es que se van a la caza”. Y Rousseau, en el Emilio, apostrofa: “El pueblo no se aburre: conduce una vida activa”. Por el contrario, “el gran azote de los ricos es el aburrimiento. En medio de muchas costosas diversiones, rodeados de tanta gente que se ocupa de hacerles la vida agradable, se aburren hasta la muerte”. (Emile, ou de I'éducation, IV libre, p. 438, ed. Richard).
Pero no es sólo el crecimiento de la riqueza el causante del problema. Los antiguos griegos conocían bien la “anía”, los latinos el “taedium”, y también los medievales desarrollaron una cuidadosa y profunda teoría acerca de él. Con todo, el aburrimiento es un fenómeno -como bien nos muestra Grimaldi- que se agudiza en los últimos siglos. Y, a mi juicio, la explicación está en que, en ellos, no sólo aumenta la riqueza, sino que, con el crecer de ella y de la instrucción, se disparan las posibilidades, los mundos posibles e imaginarios, pero no se desarrolla al mismo tiempo el arte supremo y más sencillo -es decir, más difícil- del espíritu, a saber, el diálogo.
Que precisamente la gente más instruida, ya que no educada, es la más capaz de aburrirse lo vio bien Nietzsche: “Los animales más finos y más activos son los primeros capaces de aburrimiento”, apunta. Y ello porque están más despiertos para lanzarse a muchos mundos posibles que buscamos poseer pero que, una vez alcanzados, nos decepcionan.
Antes, A. Schopenhauer había repetido, en los Parerga y Paralipomena, el aforismo antiguo romano: “al pueblo, pan y circo”: El pan simboliza el objeto de los deseos de la gente. Una vez alcanzados, hay que darles el circo para que no se aburran. ¿Son la televisión o las discotecas el circo? En cualquier caso, lo que sugiere Nietzsche es que el aburrimiento popular es trivial y, por ello -así hubiera dicho Kierkegaard-, más grave, más difícil de curar. Algo parecido sucede con el aburrimiento juvenil: no es agudo, y a veces se sabe esconder bien, con la diversión y la actividad trepidante. Pero es tanto más serio cuanto menos se toma en serio.
La tesis que voy a sostener brevemente acerca del problema que nos ocupa -es ya el momento de decirlo- se expresa en el título de este escrito: el aburrimiento es una muerte social, y su causa una insuficiencia filosófica.
Generalmente se suele decir que se trata de una cierta muerte personal, una tristeza o tedio, pero espero mostrar que aquí se ve muy bien la verdad de la idea según la cual el hombre es un ser social, de manera que su muerte en cuanto persona (y no física) es idéntica con la muerte de la sociedad. Y la persona, en cuanto persona, muere de hecho exactamente por lo mismo que muere la sociedad: por la desaparición del diálogo. Ahora bien, el diálogo -como bien ha visto, por ejemplo, M. Heidegger- no es lo mismo que el parloteo o la verborrea. Dialogar -como ya he señalado- es un arte muy difícil, por su sencillez: su realización es el ejercicio mismo de la filosofía. Por eso, lo que quiero decir aquí se puede expresar también de la siguiente manera: alguien se aburre porque su filosofía se encuentra bajo mínimos.
Muchos responderán, en este momento, que es más bien por culpa de la filosofía por lo que nos aburrimos. Pero no, aquí la filosofía podría bien decir, como la vieja canción, “yo no soy esa que tú te imaginas”, o que te han hecho creer que soy.
El que se aburre es alguien que rechaza, es decir, un crítico en un cierto sentido de esta palabra. Aburrirse significa no aceptar: abhorrere, aborrecer, o, en otras lenguas, in-odiare (ennui, noia, annoyance). Aburrirse es, así, no interesarse, no practicar el inter-esse, no estar metido dentro. Inicialmente, pues, y ese era el sentido clásico, el aburrimiento iba dirigido hacia fuera, a objetos, a personas. El problema está en que, tanto más los rechazamos, tanto más nos quedamos solos, con nosotros mismos, solos con nuestra propia vida. Pero hay dos soledades: la activa y la pasiva. La primera es sólo aparente: me separo momentáneamente para ponderar y calibrar aquello en lo que estoy interesado, aquello que me gusta. La segunda es la propia del aburrido y muestra un rasgo muy característico -aunque no aparente- de él, a saber, la debilidad. El aburrimiento es una forma de debilidad, como la melancolía romántica, que se diferencia de él sólo en que esta última pone en juego la imaginación. La imaginación del pasado -nostálgica- o la de un futuro que no es dibujo de un proyecto práctico, son muestras de huida de la dureza de lo real. Pero, ¿hacia dónde huir, entonces? No queda más que un sitio: hacia mí mismo.
Aparece así el yo particular, en el romanticismo en forma de tragedia interior, y en el aburrimiento en forma de percepción pura del tiempo. El aburrido es el que percibe el pasar del tiempo, en cuanto tal, como un vacío. Es la experiencia pura del tiempo, un tiempo que carece de cualidad, de color, sonido y sabor. Salta a la vista, pues, que lo que une al romántico y al aburrido -en sus diferentes modos de ser- es la inquietante presencia interior de la negación, del vacío, de la nada. Se trata de una estrechez o angostura -angustia- propia de la falta de recursos. Uno de los primeros que la tematizó en la Europa moderna fue Pascal, como es sabido. Pascal define el aburrimiento como “vivencia de la nada del ser”, y dice -no muy bien, a mi juicio- que pertenece a “la condition de I'homme”.
Después de él -y quizá más a fondo que él- ha sido Kierkegaard el autor que más brillantemente ha profundizado en esta idea. Lo aburrido es lo vacío y carente de contenido, dice en El concepto de ironía (XIII, 386, La ironía según Fichte, final), y “una continuidad en la nada”. Es “una eternidad sin contenido, una felicidad sin gusto, una profundidad superficial, un hartazgo hambriento...”.
Si al rechazar lo otro no me encuentro a mí mismo, sino que me encuentro con el vacío, eso quiere decir que para encontrarme a mí mismo tengo que hacer justamente lo contrario: aceptar lo otro, o el otro, interesarme, tomarme en serio lo otro. Pero, para poder hacerlo debo llevar a cabo un trabajo, un verdadero trabajo, muy sencillo, o sea, muy difícil: cambiar el lugar de la negación. Si antes negaba, rechazaba, lo de fuera, ponía la negación más fuera (“me hastía todo”), ejercitando así el espíritu crítico en su forma más común, ahora he de poner la negación dentro, he de negarme a mí mismo, pues esa es la condición imprescindible para aceptar al otro. En la medida en que esa negación se suele llamar humildad, es también la causa de la maduración, de la madurez. El perpetuo crítico es -como es bien sabido- el perpetuo inmaduro.
Sólo si te vacías interiormente lo otro se destaca en su ser, en su existir ante ti. Aquí entramos en el punto más difícil. ¿Por qué nos aburrimos? Porque deseamos algo que pudiera llenar nuestras aspiraciones, nos diera la paz, el entretenimiento, la aventura feliz y perpetua, y todo ello en plenitud y sin esfuerzo. Pero, de antemano sabemos -en el fondo de nuestro corazón- que eso no es posible. Entonces nos dejamos caer, nos deprimimos, nos ponemos melancólicos, nos aburrimos. Ante este problema, ante la cantidad de veces que el deseo nos muestra su engaño o su futilidad, muchos han pensado que la culpa del aburrimiento es precisamente el deseo, y que, por ello, tendríamos que suprimirlo. Así, el budismo Zen o Schopenhauer.
Pero no me parece correcto. Es otra forma de cobardía. La valentía está en aprender a desear correctamente. Querer lo que podemos desear y desear lo que podemos querer.
Para saber qué y cómo debemos desear, no tenemos que suprimir el deseo, sino suspenderlo momentáneamente. Se trata de una tarea que requiere esfuerzo y valentía, porque al principio yo soy mis deseos, mi yo está aparentemente identificado con ellos. (“Quiero esto o lo otro”). Pero debo olvidar ese yo para que el otro se destaque ante mí, no como me lo imagino, sino como es. En nuestros días, ha sido Robert Spaemann (en Glück und Wohlwollen) quizá el que mejor lo ha dicho: sólo si pensamos que el otro es un cierto absoluto, una cierta realidad exístencial podemos tomarnos en serio la relación con él.
Es decir: podemos y debemos ironizar sobre los sucesos de este mundo, y también sobre nuestros deseos, pero no podemos ironizar sobre la persona, ni mía ni del otro.
Ahora bien, ¿qué significa aceptar a otro como absoluto y, sin embargo, relacionarme con él? Significa dialogar.
Vemos así que el diálogo tiene su origen en el esfuerzo de autonegación y en el esfuerzo de dejarse maravillar por la realidad del otro ser. Es verdad que “en la variedad está el gusto”, pero eso es sólo una parte de la verdad. La parte accidental. El mayor gusto se obtiene en la constancia, en la repetición, por el fruto que ella trae.
En un texto que Christoph Kuffner, autor vienés, escribe para Beethoven, y que éste colocó en su maravillosa Fantasía coral (op. 80), se lee: “Wenn sich Lieb’ und Kraft vermählen, lohnt dem Menschen Götter-Gunst”, es decir, “Cuando se unen el amor y la fuerza, el favor divino recompensa al hombre”.
El amor y la fuerza dan lugar a la palabra en el diálogo: tengo algo que decir, porque me he vencido -la fuerza de negarme y me he llenado de lo otro o del otro, que me entusiasma. Así, puedo responder. Ese responder es un activo dar a luz en la verdad. Es una novedad, una ocurrencia, pero no caprichosa, sino originada por el encuentro con lo real, con el ser del otro. En cuanto a la filosofía es el ejercicio del espíritu que me entrena para ver el ser, lo real, la filosofía es el instrumento universal básico para el diálogo, es decir, para la existencia de la sociedad, o sea, de la persona.
El ordenador es el instrumento universal básico para la información, o sea, para el poder, pues la información es poder. Pero la filosofía lo es para la sociedad, es decir, para la humanidad, para que el hombre sea hombre.
Vemos, pues, que no hay interioridad real sin el descubrimiento de la exterioridad real y su aceptación. El melancólico y el aburrido toman la pura apariencia, no se atreven con el peso de lo real, porque tienen mucho sentimiento, pero les falta amor.
Según el famoso dicho de San Juan apóstol, en el amor no hay temor. Y tampoco hay soledad. Si bien es cierto que la unión completa no es posible en este mundo, son el diálogo y la esperanza los que convierten definitivamente el regalo, el don, en algo verdadero y, aunque no pueden quitar todo encerramiento accidental, apartan, sin embargo, toda soledad esencial.

Así, y para terminar, vemos que dejar de lado el aburrimiento significa abandonar todas esas secuelas suyas tan típicas y tan magistralmente descritas por Tomás de Aquino: evagatio mentis, verbositas, curiositas (afán inmoderado de novedades), importunitas (dispersión), inquietudo, instabilitas loci vel propositi.
Además, el torpor, o embotada indiferencia ante lo grande, la pusillanimitas, o espíritu pequeño, la maldad o la desesperación. En realidad, el aburrimiento es una desesperación encubierta.
Para no aburrirse, en suma, hay que seguir los tres pasos adecuados de toda vida, sea profesional, deportiva, familiar, religiosa, etc. Antes de nada, hay un primer deseo que despierta nuestra atención. Pero enseguida vemos que lo deseado no nos llena, que su apariencia era engañosa en parte. Si por debilidad, debida a la excesiva juventud o al descuido -el descuido nos hace dejar de lado el entrenamiento que fortalece-, abandonamos el interés por lo deseado -ya que nos frustró-, caemos primero en el aburrimiento, y luego en la desesperación quizá.
Pero si, tras el primer deseo, ponemos la constancia, entonces realizamos el segundo momento: la studiositas. El esfuerzo del estudio, que -como el origen latino de la palabra indica- significa mirar algo con amor.
El que tiene deseo y añade estudio, el que tiene buena disposición y con esfuerzo adquiere escuela, oficio, ese está en condiciones de recibir el favor divino, de llegar al tercer momento: descubre infinitas novedades -tras pasar por la autonegación del estudio- en aquello que primero sólo era el brillo fugaz de un deseo inicial.

Consigue así, gracias a una filosofía verdadera, es decir, que se demuestra en la vida, y que es, por tanto, también práctica -filosofía práctica-, un diálogo, que le da la alegría permanente. No superamos de verdad el aburrimiento por la excitación de la guerra -que es una pseudofiesta-, ni por el frenesí -con eso sólo conseguimos un mal olvido-, sino por la verdadera fiesta del espíritu: estar con Dios, los hombres y la creación entera.
RAFAEL ALVIRA"

Cada tanto viene bien un palo de arriba... aunque claro uno se siente bastante estupido cuando le llega, pero que buena estupidez! Gracias a Dios que llego... se le estaba haciendo tarde.
Veremos claro que tan dificil es cambiar, pero al menos tengo algo que seguir.

 
A la/s 28/10/06 11:02 a.m., Anonymous Anónimo dijo...

Llegué por casualidad a tu blog, atraído por lo sugerente del título. Sin embargo, después de leerlo por completo, me dí cuenta que habías cometido un gran error en nombrarlo, pues el título mas acertado para él debería ser el de "Diario de una Chica Plástica"

Qui potest capere, capiat.

 
A la/s 5/11/06 12:05 a.m., Blogger Sandra Texeira dijo...

Querido:
Acabo de escribir un post para ti.
Todo mi amor siempre
Tu Sandra

 
A la/s 10/11/06 2:46 p.m., Blogger mario FERNANDO bernales dijo...

jejiep me da risa sentir como me crece la pica al leer tu post anonimo, es curioso como en un primer momento, le nace a uno las ganas de defender a sandrita, y atacarte estimado anonimo, pero creeme anonimo que tambien me nace recordar que en algun momento muy chiquito, pensaba como tu, y que ahora, en momentos muy pero muy chiquititos siguo pensando como tu, bueno, ahora me dirijo a ti sandra, ademas es tu blog, me siento bien al sentir que tengo una sandra texeira dentro de mi, y que tambien tengo un usuario anonimo dentro de mi, y que los dos se llevan bien, no obstante que se pelean se pelean, felizmente solo a veces, pero eso si, se quieren y se estiman, se desean y se estiman...

 
A la/s 10/11/06 11:26 p.m., Blogger Sandra Texeira dijo...

Hola Mariop:
qué lindo tu comentario, creo que tienes toda la razón del mundo a veces siento que "dentro de mi hay una mujer que esta contra mi"
gracias por tu linda visita
besos!!!

 
A la/s 26/6/07 4:59 p.m., Blogger Unknown dijo...

hola, me gustaron algunos post tuyos, un par quizas, no tengo idea queien eres pero me enviaste un correo , no se ,,,estudias literatura o te gustaria?bueno y aparte pq siempre das a entender que eres la niña rica que todos desean, lo unico que te digo sandra es que cuando uno sabe bien lo que tiene y se siente a gusto, no necesito repetirlo una y mil veces, en otras palabras. mi conclusion es que escribes relativamente bien, cuando te alejas un poco de esa necesidad tuya por gritarle al mundo que realmente ERES BELLA, aunque la verdad sea otra.

 
A la/s 17/6/08 11:04 a.m., Blogger Pompas de jabón dijo...

Yo fui una Kathe, y no sabes como duelen esas bromas, que mepiezan como eso y terminan como dardos ponzoñosos. Ami me costo rogarle mi papá entre lágrimas q me sacara de ese colegio. Hace poco al igual que tu, por cosas del destino encontre a esos compañeros. Muchos de ellos son mototaxistas (y no los menosprecio por eso), pero cuando me ven y conversan conmigo en los encuentros del colegio, se dan cuenta que yo el patito feo estoy cad día mas cerca del famoso cisne.

 

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