Cada hijo es un pequeño clavo
Ahora que he andado soñando con cosas raras, acabo de recordar un capítulo de los Simpsons. Homero, el patriarca de la familia, se había puesto medio filósófico y decía que "el matrimonio es un ataud y cada hijo es un pequeño clavo". Por supuesto que Marge, Lisa y Bart pusieron unas caras horribles, pero pensándolo bien no tendrá Homero algo de razón? Porque si te pones a pensar, el matrimonio es una pequeña muerte y los hijos... bueno, los hijos son lindos pero no son como pequeñas muertes también?
Fácil que ahora van a pensar que ando obsesionada con esas cosas, (claro, como eres mujer!!! -dirán los machistas), pero de alguna manera medio agridulce Homero tiene algo de razón. Casarte y sentirte culpable cuando tengas ganas de pecar, tener hijos y preocuparte por llegar temprano a casa, recordar las malditas clases de matemáticas para ayudarlos en las tareas, comprarte tu diccionario bilingue para descifrar sus pinches deberes de italiano... Adquirir un cargamento con kilos de baba de caracol para borrarte las arrugas y tentar a la suerte para que algún día cuando camines por la calle en vez de escuchar el cotidiano: mamá, alguien te grite a voz en cuello: MAMASITAAAA!!!! Y luego, evitar acercarte al compañero de trabajo. A ese bancario bien peinadito que huele a Diavolo (mi madre siempre decía: enamórate de un bancario y serás muy feliz). No dejar de pensar en ese hombre que te mira las piernas cuando se te sube la falda azul del uniforme de la oficina, ese que te ha invitado a cenar más de tres veces. Y recordar que hace más de cinco meses que no haces el amor con tu marido, que se le van los ojos con las chiquillas guapas que caminan por la calle, que ya no te dice: pequeñita ni amor; sino el bebé está llorando!!!; hay que postegar las vaciones o lo siento, mi vida, hoy era nuestro anviersario? Y de nuevo, el compañero de trabajo, que ya tiene su doctorado en gestión empresarial, que además acaba de separarse de su mujer y tiene una mejor cuenta de ahorros que la que tú y tu marido podrían obtener con 200 años de sacrificios.
Fácil que ahora van a pensar que ando obsesionada con esas cosas, (claro, como eres mujer!!! -dirán los machistas), pero de alguna manera medio agridulce Homero tiene algo de razón. Casarte y sentirte culpable cuando tengas ganas de pecar, tener hijos y preocuparte por llegar temprano a casa, recordar las malditas clases de matemáticas para ayudarlos en las tareas, comprarte tu diccionario bilingue para descifrar sus pinches deberes de italiano... Adquirir un cargamento con kilos de baba de caracol para borrarte las arrugas y tentar a la suerte para que algún día cuando camines por la calle en vez de escuchar el cotidiano: mamá, alguien te grite a voz en cuello: MAMASITAAAA!!!! Y luego, evitar acercarte al compañero de trabajo. A ese bancario bien peinadito que huele a Diavolo (mi madre siempre decía: enamórate de un bancario y serás muy feliz). No dejar de pensar en ese hombre que te mira las piernas cuando se te sube la falda azul del uniforme de la oficina, ese que te ha invitado a cenar más de tres veces. Y recordar que hace más de cinco meses que no haces el amor con tu marido, que se le van los ojos con las chiquillas guapas que caminan por la calle, que ya no te dice: pequeñita ni amor; sino el bebé está llorando!!!; hay que postegar las vaciones o lo siento, mi vida, hoy era nuestro anviersario? Y de nuevo, el compañero de trabajo, que ya tiene su doctorado en gestión empresarial, que además acaba de separarse de su mujer y tiene una mejor cuenta de ahorros que la que tú y tu marido podrían obtener con 200 años de sacrificios.
Después de toda esa carga sobre la espalda, díganme si EL MATRIMONIO NO TERMINA SIENDO UN ATAÚD Y CADA HIJO UN PEQUEÑO CLAVO.
2 Comentarios:
Totalmente de acuerdo contigo, Sandra. Mejor estar soleto y disfrutar de la vida, para que complicarse.
Por eso lo mejor es, buscar al bancario papacito para que te haga un lindo y guapo hijo o hija (al cual OBVIAMENTE no dejarás salir a la calle en 500 millones de años).
Ser una linda y hermosa madre soltera con toooda la libertad del mundo. Total si quieres salir y pasear, a la única persona a quien tienes que darle una explicación es a tu hijo. Y los hijos siempre tiran para la mamá jijji.
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