El niño
Desde que
naciste todo el mundo empezó a hablar de ti. Las cosas empezaron a girar alrededor de tus visitas, tus pequeños logros
y todos tus problemas. Si estabas en la casa todos venían a verte. Si estabas
lejos y todos teníamos un poco de tiempo, corríamos a verte. Te mimamos
todo el tiempo. Si veíamos algo lindo pensábamos en ti y lo comprábamos. Yo
empecé a llevarte a la tienda y comprarte todo lo que quisieras sin límite de
precios ni de cantidad: tú siempre fuiste muy educado, muy juicioso.
Si ensuciabas
algo a nadie le importaba, ni siquiera a los que no podían soportar ni un
poquito de suciedad. Si decías algo malo te disciplinábamos, pero nos gustaba
que seas un libre pensador.
Desde que
naciste hablábamos de ti todo el tiempo, ya no puedo recordar de qué hablábamos
antes, en los lonches, en las cenas familiares, en esos momentos libres del
tiempo donde te sientas a conversar y merendar. No lo recuerdo. Venimos
hablando de ti hace tanto tiempo, tantas veces, de tantas
cosas. Ahora seguimos hablando de ti, un poco más bajo, un poco más
preocupados, un poco más enfurecidos (a veces) y hemos empezado a controlarnos
cuando querernos reírnos de alguno de tus disparates. Y todo lo que pasa, todo
lo que viene pasando, es un poco culpa de ellos y de nosotros. Es un poco culpa
de que a veces las cosas pasan y pasan nada más… Pero pase lo que pase creo que
la dinámica se ha transformado para siempre. Nunca dejarás de ser tú en
nuestras conversaciones, en nuestras llamadas y mensajes de texto, en nuestros
momentos libres, en todos los eneros. Serás siempre tú, hasta que en algún
momento llegue alguien más y entonces nuestro espacio libre del tiempo se
compartirá entre uds., pero igual seguirás siendo siempre tú, tú entre otros,
pero tú finalmente.
1 Comentarios:
Misterioso, muy misterioso.
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