En una jaula de cristal

Siempre he querido escribir un diario, pero con un afán voyeurista. A pesar de ser reservada creo que cuando hay un incendio es bueno echarle un gran chorro de agua, por eso escribo esto como letras arrojadas al viento desde una urna transparente.

martes, 4 de abril de 2017

Un hombre que me deje ser

Yo siempre necesité un hombre que me deje ser. Que no se sienta mal de que tenga una risa escandalosa, una torpeza diaria, muchos amigos hombres y miles de frases cariñosas para ellos...
Que sepa que me gusta cantar en las reuniones familiares (aunque lo hago mal), ser el centro de atención frecuentemente y hacerme la graciosa con experiencia. Siempre necesité un hombre que pueda acompañarme en todo eso; a veces adelante, otras atrás, otras al costado y otras durmiendo encerrado en la habitación... Alguien que me dé la seguridad a mí misma de que no hay problema en salir con los amigos y amigas, en coquetear un poquito, en ponerme guapa solo cuando quiera, en ser tonta, todo lo tonta que soy e ignorante de tantas cosas y no tener que sentirme avergonzada de eso.
Ahora yo tengo un hombre que me deja ser. No creo que antes no lo haya tenido (molestias más, molestias menos; celos soterrados más, celos soterrados menos), creo que en realidada era yo parte del problema. Yo no tenía seguridad de ser yo misma, sin miedo, sin que nada importe... sin miedo a no ser aceptada. Ahora yo me dejo ser sin huevadas y tengo un hombre que me deja ser sin huevadas y no necesito que siempre esté conmigo, cuando quiere lo está y somos felices; cuando no,  mira mis locuras desde lejos, las escucha, a veces me bromea, a veces nadie nos entiende... pero somos juntos, y eso es lindo.

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