En una jaula de cristal

Siempre he querido escribir un diario, pero con un afán voyeurista. A pesar de ser reservada creo que cuando hay un incendio es bueno echarle un gran chorro de agua, por eso escribo esto como letras arrojadas al viento desde una urna transparente.

miércoles, 20 de abril de 2011

Fanciful

Soy una persona que obedece a sus impulsos: básicos, primarios y exaberdados; tontos, momentáneos o largamente esperados. No es que no sepa controlarme (he aprendido a hacerlo más en los últimos años y mucho más gracias a Miguel) pero sedo ante mi misma, me engatuso o no me pienso y actúo. Hago caso a mis deseos.
Ayer estaba arreglando un collar y no me quedó como había pensando, pense en ir a comprar otro al mismo sitio, y tb en que seria bueno encontrar una pulsera a juego. Pensé eso ayer en la noche, mientras terminaba de arreglar el collar acortado, pensé eso brevemente en la mañana y en lo poco que quedaba de mi hora de almuerzo salí a buscar el collar lo encontré (y también la pulsera a juego) y regresé con el corazón en la boca, esperando que la hora no me gane, que mi jefa no me grite, que el collar sea perfecto, y además me puse la pulsera del juego (¿dije ya que tengo puesto el collar más corto que (des)arreglé ayer?).
Así soy yo: cedo a mis deseos, me hago caso, me abandono. Si veo el par de zapatos perfecto le abro un hueco a la tarjeta de crédito y lo compro (aunque después tenga que pedir algo de $$$  a mi banco personal). Si quiero salir a pasear paseo, si quiero comer, si quiero pintarme las uñas o si quiero llamar por teléfono: lo hago. Aunque eso me cueste un pequeño desbalance (nunca tengo antojos que me lleven a la quiebra pero pensándolo bien: tampoco tengo ahorros que me lleven a poder vivir de ellos). Cedo a mis deseos: aunque eso me quite tiempo, me gane un miniproblema, un exabrupto, me lleve a caminar, a viajar en bus, en taxi. Pase lo que pase cuando realmente lo deseo: cedo a mis deseos, a mis antojos y no me detengo. Así soy yo: antojadiza, caprichosa, soñadora, deseadora, compradora de curiosidades, compulsiva (cuando me lo permito). Así soy yo y por eso luzco con orgullo mi collar (el corto, porque le queda mejor a mi ropa) y la pulserita que le hace juego: podré encontrarles tb un par de aretes????

lunes, 18 de abril de 2011

Stalkeando a Will

Will estaba haciendo campaña por PPK.
Will está nadando todos los días de 6:30 p.m. a 7:30 p.m. en la piscina de su club.
Will ha saludado al papa Benedicto XVI por su cumpleaños (nunca ha dejado de ser un buen muchacho católico).
Will se comprometió el año pasado con su novia, que es bonita, pero tampoco tanto, y con la que lleva varios años, será 5 ó 6, no lo sé con presición. Se compometió en medio de una de sus funciones de danza clásica y al finalizar la función le dio el super anillo de diamantes herencia de la madre.
Will viajó con su novia a Europa, cuando eran más jóvenes y recorrieron Italia, Francia y Alemania (no llegaron a Inglaterra pq no les cubría eso su visa Schengen).
Will es un geek, es adicto a la tecnología y tiene un Iphone4 (que adora) y un Mac Book.
Will nunca me comenta en el Facebook ni me pone "me gusta", ni me ha saludado por mi cumpleaños.
Will va a recoger a su novia a todas sus funciones y la espera fielmente hasta que termina. Solo  ve la primera y la última, por cábala.
Will tiene un carro nuevo (ya no tan nuevo pq se lo compró el año pasado, luego quiso venderlo, pero no sé que habrá sido del carro).
Siempre tengo miedo que en los jeugos del Facebook, yo salga como una de las Top Fans de Will.
En día como hoy me da la sensación que debí esperar un poco más a que Will se convirtiera en en Will que es ahora y yo siempre supe que seria, y otra hubiera sido la historia. (Ahora Will se va a casar primero que yo y sin mi).
Will se va a casar en menos de 100 días, osea en poco menos de 3 meses, no sé en qué iglesia será la boda, ni sé cuántos invitados tendrá, pero imagino que quiere tener hijos rápido, y que su novia ya debe saber la receta secreta de los brownies familiares.
Will se va a casar, han pasado 13 años y yo sigo cazándolo por el Facebook.
Fui yo quien terminó con Will, no me acuerdo en qué mes ni en qué año pero creo que fue antes de Navidad, con seguridad pq nunca nos dimos regalo de Navidad, y fue en la puerta dee una Iglesia, y fue triste y doloroso, y yo dije: te amo pero no puedo, y él no dijo nada, solo me pidió quedarme un momento y hablar como si fueramos los amigos que nunca pudimos ser en los 13 años que siguieron a eso. Y yo encendí un cigarro muy mujercita y nos dimos un beso en la mejilla de despedida y yo me fui obligándome a no mirar a trás y nunca lo volví a ver.
Fui yo quien terminó con William Shakespeare, alias "Will", el niño rubio de padres lores ingleses de 16 años, que tocaba el piano, que me dio mis primeros besos largos y mis primeras arrinconadas en la pared y mis viciosas ganas de querer más. Por el que compraba regalitos cursis y clichés, y con el que salía a besarme en los parques. Con el que iba al cine y no veía las películas. El de los ojos lindos y el cumpleaños después del mío. Al que le regalé una esclava de plata con su nombre. Con el que casi me caso en secreto en la Municipalidad de Chosica. Con el primero que pase una casta noche fuera de casa.Al que le di un regalo en mi cumpleaños: la "S" de oro que acababan de regalarme para que siempre llevará mi nombre cerca de su corazón.  Al que le ayudé a ganar un concurso de cuentos. El que me cogía tímidamente la cintura. El primer chico con que salí a ayudarle a escoger ropa.
Mi querido, Will, que tomó mi corazón una mañana hace trece años atrás y le hizo un grabado con su nombre, imposible de borrar.
Mi querido Will, el que ahora se va a casar. Mi Will, al que stalkeo por el Facebook 13 años después.