En una jaula de cristal

Siempre he querido escribir un diario, pero con un afán voyeurista. A pesar de ser reservada creo que cuando hay un incendio es bueno echarle un gran chorro de agua, por eso escribo esto como letras arrojadas al viento desde una urna transparente.

jueves, 17 de diciembre de 2009

No way / No hay forma

No, yo ya no soy una persona amable y servicial. Soy una maldita perra. Una bruja despiadada. Ya no me gusta hacer favores. Tengo voz de cachaco y saludo porque en fin.

¿Acaso hay alguna ley o requisito que me obligue a tener que sonreírle a las personas? ¿Acaso existe un decreto supremo que me conmine a ser amable? ¿Acaso está entre mis funciones tener voz afable también?

Me he vuelto parca y fría. Ya no soy generosa ni alegre y tampoco quiero volver a serlo. He perdido mi capacidad de ser servicial y no sé porque debería recuperarla.

Detesto el falso agradecimiento de la gente y la zalamería. He llegado a pensar que lo peor del mundo es haber traído un microondas a mi oficina. Soy tan perra que preferíria comer mi comida fría antes que seguir aguantando que todo el mundo desfile por aquí para calentar sus cosas en vez de usar el microondas del comedor y lo que es peor que luego de haber venido 20 veces no sepan cómo usarlo y me pidan que los ayude. Y lo más terrible de todo, que luego se vayan diciéndome luego de ver mi cara de poto (que es la cara que pongo siempre o que he puesto las últimas 500 veces que vinieron a calentar sus comidas y no supieron como usar el aparato) lo mucho que lo sienten y que les perdone la molestia. Pura hipocresia, si yo no quiero molestar simple y llanamento NO MOLESTO CUANDO SE QUE ESTOY MOLESTANDO. ¿Acaso uno estará obligado a hacerles favores a la gente? Y lo que más, ¿acaso yo le pido favores a la gente?

Es muy gracioso, ahora que las vacaciones de mis dos compañeras han coincidido y solo estoy yo - "la bruja"- en la oficina (porque ellas son un pan de Dios, sonrien todo el tiempo, se desviven por hacerles favores a la empresa, son buenas, hermosas y compasivas) no tienen más remedio que tratar conmigo que:

1) siempre contesto parcamente el teléfono

2) cada vez estoy más misántropa que nunca

3) les respondo con monosílabos (a preguntas directas, respuestas directas, para qué más...)

4) hace más de medio año ya no estoy propensa a hacer favores ( los hago pero obligada por las circunstancias)

No sé porque me he vuelto así. No sé porque me he "amargado". Pero prefiero ser así a la tarada jacarandosa que era antes cuando sufría porque la gente se cagaba en mis buenas intenciones y mi ánimo de cascabel.

Prefiero ser así:


  • no ser mala, pero tampoco buena

  • no ser un cascabel, pero ser solidaria cuando se debe

  • no ser la más proactiva del mundo, sino ser exacta

  • no tener buena vibra, pero tampoco ser una nube negra... ser gris

Esa es la palabra que me define ahora soy "exacta", ni más ni menos, solo lo estricto, lo necesario de interacción personal, lo necesario de cháchara, lo necesario de sonrisitas, lo justo y exacto para que más. Sí a la colaboración no a las fiestas, sí a la solidaridad no a la hipocresía.


Si por eso soy una bruja, bueno, queridos, me voy volando en mi escoba.


lunes, 14 de diciembre de 2009

El fin de año está a punto de venirse encima. No ha dejado de darme un poco de miedo pero ya no siento que será una bomba atómica. Se vienen muchos cambios, pero creo que uno, el más grande, puede ser para bien.
Esta época siempre me hace poner un poco tensa. Creo que mis relaciones siempre se complican un poco. Quisiera ser una persona relajada pero no lo soy.
Se viene el fin de año: los almuerzos, los engordes, las reuniones, los amigos, la familia. Está será la Navidad más extraña del mundo. Mi familia estará llena de huecos.
He comprado muchos regalos, el test navideño me dice que regalo cosas grandes y caras porque reclamo amor, quizá eso no está muy lejos de la realidad.
Este ha sido un año de pérdidas. Se me murió mucha gente (creo que ya he hablado de eso) y he perdido casi toda mi confianza y fe en el género humano. He perdido mi capacidad de compadecerme, de ser generosa, pero no me arrepiento de eso o mi arrepentimiento es muy poco. He tenido que asumir mi misantropía, también.
Algo muy bueno ha pasado: he descubierto que no está mal que la gente me quiera por ser detallista, preocupada y atenta, finalmente eso es parte de mi y está bien que me quieran por eso, YO SOY ESO.
He descubierto también que esa persona que me dijo que vivía probando a la gente tenía razón y así como he perdido mi fe en el género humano, he puesto todo lo que tengo de fe en mi novio, no porque sea mi novio sino porque es una persona excepcional. Ojo, no lo he puesto en mi relación, sino en el individuo maravilloso que es él. Y ahora en este espacio fresita decido no portarme como una boba y dejar de ponerle pruebas, no será fácil escapar a mis instintos pero por lo menos debo lucharla. Si hay alguien con quien debo relajarme y que merece mi confianza es él.
Así que se va el 2009, el año de mi número de suerte, que no podría decir que ha sido bueno (profesionalmente sí, ha sido buenísimo), tampoco malo, pero que me ha dejado muchas lecciones. Me divertiré el 31, me divertiré mucho, muchísimo.